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INTRODUCCIÓN

La seguridad y la calidad en la atención de la salud son las dimensiones fundamentales de las tareas en este terreno. En años recientes se ha facilitado medir la seguridad y la calidad, y se ha podido advertir cada vez con mayor claridad, que es posible mejorar en gran medida la práctica y el rendimiento. Con justificación, el público exige tales valoraciones y rendición de cuentas, y el pago de servicios se basará cada vez más en los buenos resultados en estos campos. Por tal razón, los médicos deben aprender todo lo necesario en ambos temas, la forma de mejorarlos y los aspectos sólidos y las limitaciones relativas en la capacidad actual para valorarlos.

La seguridad y la calidad guardan relación estrecha, pero no tienen puntos comunes necesariamente. En Estados Unidos, el Institute of Medicine ha sugerido en informes fundamentales, que la seguridad es la primera parte de la calidad y que, en primer lugar, la atención de la salud debe asegurar que así ocurrirá en la práctica, es decir, que dicha atención será segura, aunque la calidad también es indispensable. Al final, quizá se obtendrán beneficios clínicos más nítidos al mejorar la calidad que al optimizar la seguridad, aunque ambas son importantes, y esta última de muchas maneras es más tangible para el público. En la primera sección de este capítulo se describen temas vinculados con la atención y, en segundo lugar, se revisa lo relativo a la buena calidad de aquélla.

SEGURIDAD EN LA ATENCIÓN DE LA SALUD

Teoría de la seguridad y teoría de los sistemas

La primera señala de manera clara que el individuo comete errores siempre. Si se piensa en una persona que regresa a su hogar desde el hospital en automóvil, planea detenerse a comprar un litro de leche en el camino a casa, pero se da cuenta que ya está en el acceso de su casa sin darse cuenta cómo llegó ahí. Todas las personas recurren a un comportamiento semiautomático y tranquilo para muchas actividades de la vida diaria y este tipo de error recibiría el nombre de desliz. Precisamente, éste surge durante la prestación de atención a la salud, por ejemplo, cuando una persona intenta escribir una orden en el expediente, pero lo olvida, para dar prioridad a otra actividad. En cambio, los errores son deslices de mayor nivel y aparecen en situaciones nuevas o no estereotipadas donde hay decisiones conscientes. Un ejemplo sería calcular la dosis de un fármaco que el médico no conoce. Las estrategias para evitar una y otra situaciones suelen ser diferentes.

La teoría de los sistemas sugiere que muchos accidentes ocurren como consecuencia de una sucesión de pequeñas deficiencias que se encadenan en una situación individual y que culminan en la generación de un accidente (fig. 6-1). También supone que muchas personas en una industria, ...

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