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A lo largo de su historia, Estados Unidos ha experimentado mejorías notables en la salud global y en la esperanza de vida debidas, en gran medida, a iniciativas de salud pública, promoción de la salud, profilaxia de enfermedades y atención a largo plazo. La capacidad de los médicos para prevenir, detectar y tratar enfermedades en sus estadios iniciales ha permitido centrarse en la reducción de la mortalidad y la morbilidad. A pesar de las intervenciones que han mejorado la salud global de la mayoría de estadounidenses, las minorías raciales y étnicas (individuos de raza negra, hispanos o latinos, nativos americanos o nativos de Alaska, asiáticos o de las islas del Pacífico) se han beneficiado menos de estos adelantos y muchos de los padecimientos principales (enfermedad cardiovascular, cáncer, diabetes) tienen peor evolución clínica en ellos que en las personas de origen caucásico. Estas disparidades resaltan la importancia de reconocer y atender las determinantes sociales de salud, que contribuyen enormemente a los resultados sanitarios. La investigación ha resaltado que las minorías pueden recibir una atención de menor calidad en comparación con los caucásicos en el contexto de la atención a la salud, incluso cuando se controlan los factores de confusión, como la etapa del cuadro clínico inicial, las enfermedades concomitantes y la cobertura de los seguros de salud. Estas diferencias de la calidad se llaman desigualdades raciales y étnicas en la atención de la salud. Con la transformación significativa del sistema sanitario estadounidense y la implementación de la reforma de salud, la atención de estas desigualdades ha adquirido gran importancia. Tales modificaciones se dirigen a la creación de incentivos y frenos económicos para lograr objetivos de calidad en beneficio de aquellos que reciben atención médica deficiente, lo cual en esta época resulta más importante que nunca. Este capítulo ofrece una visión general de esas desigualdades, identifica sus causas básicas y plantea recomendaciones fundamentales para tratarlas en los ámbitos del sistema de salud y clínico.
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NATURALEZA Y EXTENSIÓN DE LAS DESIGUALDADES
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Las minorías americanas tienen peor evolución clínica que los caucásicos en caso de enfermedades susceptibles de prevención y tratamiento, como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el asma, el cáncer y la infección por VIH/sida (fig. 7-1). Múltiples factores contribuyen a estas desigualdades raciales y étnicas en la salud. En primer lugar y de mayor importancia, las determinantes sociales (bajo nivel socioeconómico [SES, socioeconomic status; p. ej., bajos ingresos, mala salud, bajos logros educativos], vivienda inadecuada o insegura, y racismo) se vinculan fuertemente con malos resultados para la salud. Estos factores impactan de manera desproporcionada a las poblaciones minoritarias. De hecho, se ha encontrado que el SES, de manera consistente, es uno de los factores pronósticos más importantes de los resultados de salud. Mientras que los mecanismos son complejos (es decir, ¿la pobreza causa mala salud o la mala salud causa pobreza?), es claro que las poblaciones con un bajo ...