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El control de la temperatura corporal es una función del hipotálamo. Tanto las neuronas de su porción anterior preóptica como las de la porción posterior reciben dos tipos de señales: una procedente de los receptores de calor y frío que llega por los nervios periféricos, y otra de la temperatura de la sangre que riega la región. Estos dos tipos de señales se integran en el centro termorregulador del hipotálamo para mantener la temperatura normal. En un ambiente neutro, el metabolismo humano produce siempre más calor del necesario para mantener la temperatura corporal central entre 36.5 y 37.5 °C.
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En condiciones normales y a pesar de las variaciones ambientales, el organismo mantiene la temperatura normal porque el centro termorregulador hipotalámico equilibra el exceso de producción de calor derivado de la actividad metabólica en los músculos y el hígado con la pérdida de calor producida a partir de la piel y los pulmones. Según estudios realizados en personas sanas de 18 a 40 años de edad, la temperatura bucal media es de 36.8 ± 0.4 °C, con niveles mínimos a las 6:00 a.m., y máximos a las 4:00 a 6:00 p.m. La temperatura bucal máxima normal es de 37.2 °C a las 6:00 a.m. y de 37.7 °C a las 4:00 p.m.; estos valores corresponden al percentil 99 de las personas sanas. Según los resultados de estos estudios, debe definirse como fiebre una temperatura matutina >37.2 °C o una temperatura vespertina >37.7 °C. La variación diaria normal típica de la temperatura es de 0.5 °C. No obstante, en algunas personas en fase de recuperación de una enfermedad febril, esta variación diaria puede llegar a ser de incluso 1.0 °C. Durante una enfermedad febril, la variación diurna se mantiene, pero a niveles más altos es más febril. Las variaciones diarias de la temperatura al parecer son fijas al comienzo de la niñez; por el contrario, algunos ancianos tienen una menor capacidad de presentar fiebre y muestran sólo un incremento mínimo de temperatura, incluso en infecciones graves.
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La temperatura rectal suele ser 0.4 °C mayor que la bucal. Es probable que estas lecturas bucales más bajas se atribuyan a la respiración bucal, factor muy importante en los pacientes con infecciones respiratorias y respiración rápida. La temperatura esofágica baja refleja con mayor exactitud la temperatura central. Los termómetros de la membrana timpánica miden la energía calórica radiante de la membrana timpánica y del conducto auditivo vecino, y muestran valores absolutos (modo no ajustado) o valores calculados de forma automática a partir de los valores absolutos, con base en nomogramas que relacionan la energía radiante medida con la temperatura central real obtenida en estudios clínicos (modo ajustado). Estas mediciones, aunque cómodas, pueden ser más variables que las obtenidas de manera directa en la boca o el recto. Los estudios efectuados en adultos demuestran que las lecturas son más bajas con los termómetros de la membrana timpánica ...