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La lesión prototípica de la endocarditis infecciosa, la vegetación (fig. 123-1), es una masa de plaquetas, fibrina, microorganismos y escasas células inflamatorias. La infección casi siempre afecta las válvulas cardiacas, aunque también puede afectar el lado de baja presión de la comunicación interventricular; el endocardio mural daãado por los chorros anormales de sangre o cuerpos extraãos; o dispositivos intracardiacos. El proceso análogo que afecta las derivaciones arteriovenosas y arterioarteriales (conducto arterioso persistente) o una coartación aórtica se denomina endoarteritis infecciosa.
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La endocarditis puede clasificarse según la evolución temporal de la enfermedad, sitio de infección, causa o factor de riesgo predisponente (p. ej., consumo de drogas intravenosas, cuidados de la salud). Aunque cada criterio de clasificación aporta información terapéutica y pronóstica, ninguno es suficiente por sí mismo. La endocarditis aguda es una enfermedad febril héctica que daãa rápidamente las estructuras cardiacas, siembra sitios extracardiacos y, sin tratamiento, evoluciona a la muerte en varias semanas. La endocarditis subaguda tiene una evolución indolente; sólo causa daão cardiaco estructural lento, si acaso, rara vez se disemina a otra región y evoluciona de manera gradual, a menos que se complique por un fenómeno embólico mayor o la rotura de un aneurisma micótico.
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En países desarrollados, la incidencia de endocarditis varía de 4-7 casos por 100 000 habitantes cada aão, y ha permanecido estable durante los decenios recientes. Aunque las enfermedades cardiacas congénitas son una predisposición constante, los trastornos predisponentes en países desarrollados cambiaron de la cardiopatía reumática crónica (todavía un factor frecuente en países en vías de desarrollo) al consumo de drogas intravenosas (IV) ilegales, valvulopatía degenerativa y dispositivos intracardiacos. La incidencia de endocarditis es mucho más alta en los ancianos. En países desarrollados, 25-35% de los casos de endocarditis de válvulas nativas (NVE, native valve endocarditis) se relaciona con atención a la salud, y 16-30% de todos los casos implica infecciones por válvulas bioprostéticas (PVE, prosthetic valve endocarditis). El riesgo de infección de la prótesis es mayor durante los 6-12 meses siguientes al reemplazo valvular; después disminuye de manera gradual a una tasa baja estable y es similar para los dispositivos mecánicos y los bioprostéticos. La incidencia de infección que involucra válvulas aórticas implantadas transcatéter (una nueva forma de PVE que está más allá del alcance de este capítulo) es de 0.97% en el aão inicial de seguimiento. La incidencia de endocarditis por dispositivos cardiovasculares electrónicos implantables (CIED, cardiovascular implantable electronic devices), en particular marcapasos permanentes y cardioversores-desfibriladores implantables, ocurren en 0.5-1.14 casos por 1 000 receptores de dispositivos, y es más alta entre los pacientes con un cardioversor-desfibrilador implantable que entre los que portan marcapasos permanentes.
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Aunque muchas especies de bacterias ...