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INTRODUCCIÓN

La inflamación crónica de las meninges (piamadre, aracnoides y duramadre) genera una disfunción neurológica pronunciada que a veces es fatal si no se trata de forma adecuada. La meningitis crónica se diagnostica cuando un síndrome neurológico característico se prolonga durante >4 semanas y se acompaãa de una reacción inflamatoria persistente del líquido cefalorraquídeo (LCR) (cuenta de leucocitos >5/μL). Las causas son diversas y el tratamiento correcto depende de identificar la etiología de la enfermedad. La mayor parte de los casos de meningitis crónica se origina por cinco categorías de enfermedades: 1) infecciones meníngeas; 2) cáncer; 3) padecimientos inflamatorios autoinmunitarios; 4) meningitis químicas, y 5) infecciones parameníngeas.

FISIOPATOLOGÍA CLÍNICA

Las manifestaciones neurológicas de las meningitis crónicas (cuadro 134-1) dependen de la ubicación anatómica de la inflamación y sus consecuencias. Las manifestaciones principales son cefalea persistente, hidrocefalia, neuropatías de los pares craneales, radiculopatías y alteraciones cognitivas o de la personalidad. Dichas manifestaciones se desarrollan aisladas o combinadas. Cuando se combinan significa que el proceso inflamatorio se ha diseminado por las rutas del LCR. En algunos casos, la presencia de una enfermedad generalizada subyacente sugiere que la causa puede ser un agente específico o cierta clase de agentes. El diagnóstico de meningitis crónica se establece cuando el cuadro clínico sugiere al médico que debe examinar el LCR en busca de signos inflamatorios. El LCR se produce en los plexos coroideos de los ventrículos cerebrales, sale a través de agujeros estrechos hacia el espacio subaracnoideo que rodea al encéfalo y la médula espinal, circula alrededor de la base del encéfalo y sobre los hemisferios cerebrales y se resorbe por las vellosidades aracnoideas que se proyectan dentro del seno sagital superior. La circulación del LCR ofrece un camino para la difusión rápida de las infecciones y neoplasias en el encéfalo, la médula espinal y las raíces de los pares craneales y los nervios raquídeos. La propagación desde el espacio subaracnoideo hasta el parénquima cerebral puede ocurrir a través de las cubiertas aracnoideas que rodean a los vasos sanguíneos que penetran en el tejido cerebral (espacios de Virchow-Robin).

CUADRO 134-1Síntomas y signos de meningitis crónica

Meningitis intracraneal

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