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INTRODUCCIÓN

La palabra parásito proviene del griego parasitos (para, junto a; sitos, alimento), que se refiere a alguien que come en la mesa de otro o vive a expensas de otro. Aunque lo mismo aplica a muchas bacterias y virus, por convención la designación parásito se reserva para los helmintos y protozoarios. Estos organismos son más grandes y complejos que las bacterias, con estructura celular eucariota similar a la de las células hospedadoras humanas. Esta similitud siempre ha dificultado la obtención de fármacos antiparasitarios efectivos que no causen una toxicidad inaceptable para las células humanas. Por fortuna, la investigación intensiva y las técnicas modernas generaron compuestos adecuados para el tratamiento seguro y efectivo de la mayoría de las enfermedades parasitarias. El capítulo S14 presenta los detalles de los procedimientos diagnósticos y el capítulo 217 incluye los detalles del tratamiento.

Los parásitos internos del ser humano se dividen en dos tipos: helmintos (gusanos) y protozoarios. Los helmintos son organismos multicelulares que pueden verse a simple vista (cap. 225). Hay dos phyla: platelmintos (gusanos planos) y nematelmintos (gusanos redondos). Ambos incluyen algunos géneros que maduran en el tubo digestivo y otros que migran por el tejido después de su ingestión o penetración por la piel. Los cuadros S14-1 y S14-2 presentan los géneros de helmintos, sus hospedadores definitivos e intermedios, distribuciones geográficas y las etapas parasitarias en el cuerpo humano.

La clave para comprender cuáles helmintos usan a los humanos como hospedadores definitivos es recordar que los huevecillos de los helmintos se convierten en larvas y las etapas larvarias se transforman en adultos. Los humanos sirven como hospedadores definitivos cuando ingieren larvas de helmintos, que se desarrollan en adultos en el intestino y casi siempre causan una enfermedad leve, a menudo sin síntomas. (La excepción es la ingestión de larvas en etapa tardía de los trematodos somáticos o tisulares, como se muestra en el cuadro S14-2). En contraste, si los humanos ingieren huevecillos de helmintos y sirven como hospedadores intermediarios, los huevecillos se convierten en larvas, que penetran el intestino, migran por el tejido e invaden órganos donde maduran hasta convertirse en adultos. Los hospedadores intermediarios con invasión parasitaria de órganos pueden sufrir una enfermedad grave.

Los protozoarios son organismos unicelulares microscópicos. Entre las muchas diferencias entre los helmintos y los protozoarios, la más importante es la capacidad de estos últimos (como las bacterias) para multiplicarse dentro del cuerpo humano y causar infecciones abrumadoras. Un mecanismo importante que favorece el crecimiento ilimitado es la evasión de la respuesta inmunitaria del hospedador, y sea por variación antigénica (Trypanosoma brucei) o por la supervivencia dentro de las células del hospedador (p. ej., Plasmodium, Babesia, Cryptosporidium, Leishmania y Toxoplasma). En contraste, casi todos los helmintos requieren etapas en otros hospedadores para completar su ciclo vital y multiplicarse. Como resultado, excepto por Strongyloides y Capillaria...

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