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La endoscopia del tubo digestivo se intentó durante más de 200 años, pero la introducción de gastroscopios semirrígidos a la mitad del siglo XX marcó el amanecer de la era de la endoscopia moderna. A partir de los grandes avances en la tecnología endoscópica, se han observado cambios espectaculares en el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades del tubo digestivo. Los instrumentos endoscópicos innovadores y las modalidades endoscópicas terapéuticas siguen ampliando el uso de la endoscopia en la atención del paciente.
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Los endoscopios flexibles actuales ofrecen imágenes electrónicas de video generadas por un dispositivo de carga acoplada en la punta del endoscopio. El mando del operador permite desviar la punta del endoscopio; una serie de haces de fibra óptica o diodos emisores de luz iluminan la punta del endoscopio; y los distintos canales para trabajar permiten lavar, succionar e introducir instrumentos (fig. 315-1). Los cambios progresivos en el diámetro y rigidez de los endoscopios han hecho más fácil el procedimiento y mejorado la tolerancia del paciente.
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PROCEDIMIENTOS ENDOSCÓPICOS
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ENDOSCOPIA DE TUBO DIGESTIVO ALTO
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Para la endoscopia de tubo digestivo alto, también denominada esofagogastroduodenoscopia (EGD), se pasa un endoscopio flexible por la boca hacia el esófago, el estómago, el bulbo duodenal y la segunda porción del duodeno. El procedimiento es el método más adecuado para explorar la mucosa del tubo digestivo proximal (fig. 315-2). Si bien la serie radiográfica gastroduodenal tiene una exactitud similar para el diagnóstico de úlcera duodenal (fig. 315-3), la EGD es mejor para la detección de úlceras gástricas (fig. 315-4) y las lesiones planas de la mucosa, como el esófago de Barrett (fig. 315-5); asimismo, permite la obtención directa de biopsias y el tratamiento endoscópico. En Estados Unidos, se administra sedación intravenosa consciente a la mayor parte de los pacientes para disminuir la ansiedad y el malestar que genera el procedimiento; no obstante, en muchos países la EGD se lleva a cabo de manera sistemática tan sólo con anestesia faríngea tópica. La tolerancia del paciente a la EGD que se realiza sin sedación mejora si se utiliza un endoscopio ultradelgado, de 5 mm de diámetro, que puede pasarse ya sea por la boca o la nariz.
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