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Los pacientes con alteración del nivel de conciencia, un déficit neurológico focal, convulsiones de nuevo inicio, papiledema o estado de inmunodeficiencia tienen un riesgo más alto de hernia cerebelosa o tentorial letal tras la LP. En estos casos se deben obtener estudios de neuroimagen antes de la LP para descartar una tumoración focal o una tumefacción difusa. Los estudios de imagen deben incluir la columna en individuos que presentan síntomas compatibles con compresión medular, como dolor de espalda, debilidad de las extremidades inferiores, retención o incontinencia urinaria. En pacientes con sospecha de meningitis que necesitan estudios de neuroimagen antes de la LP diagnóstica, la administración de antibióticos, de preferencia después del hemocultivo, debe preceder a dichos estudios.
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La punción lumbar no debe realizarse a través de piel infectada porque se introducirían microorganismos en el espacio subaracnoideo (SAS, subarachnoid space).
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Las personas con trastornos de la coagulación, como trombocitopenia, están expuestas después de la LP a un mayor riesgo de hematomas espinales subdurales o epidurales, que pueden producir lesiones nerviosas permanentes o parálisis. Si se sospecha un trastorno hemorrágico, se debe analizar el recuento plaquetario, el cociente internacional normalizado (INR, International Normalized Ratio) y el tiempo parcial de tromboplastina antes de realizar la punción lumbar. No hay datos que permitan evaluar la seguridad de la LP en pacientes con recuentos plaquetarios bajos; un recuento <20 000/μl se considera una contraindicación para LP, algunas instituciones recomiendan que el recuento plaquetario sea >40 000 antes de la punción lumbar. Muy pocas veces se producen complicaciones hemorrágicas con recuentos de plaquetas ≥50 000/μl y una INR <1.5.
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GUÍAS PARA PACIENTES QUE RECIBEN ANTICOAGULANTES O ANTIAGREGANTES PLAQUETARIOS
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Se advierte un mayor riesgo de complicaciones hemorrágicas si se practica LP en una persona que recibe antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes y dicho riesgo aumenta todavía más cuando se usan varios anticoagulantes o cuando el nivel de anticoagulación es alto. El sitio más común de hemorragia es el espacio epidural. Entre los síntomas de hemorragia después de LP están déficit sensitivo o motor y disfunción intestinal o vesical; el dolor de espalda aparece con menos frecuencia. En caso de déficit grave, como paraparesias, es importante la intervención quirúrgica inmediata, de preferencia en las 8 h que siguen al comienzo de la debilidad, para reducir al mínimo la discapacidad permanente; la intervención quirúrgica después de 24 h conlleva desenlaces sombríos.
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Hay muy pocos datos que orienten la decisión de practicar LP en personas que reciben anticoagulantes. La ficha técnica que proporciona el laboratorio farmacéutico contiene información sobre la forma de controlar los antiplaquetarios y anticoagulantes en las técnicas quirúrgicas con penetración corporal. En Estados Unidos, la American Society of Regional Anesthesia and Pain (ASRA) ha elaborado guías basadas en evidencias para abordar los métodos anestésicos regionales, como los bloqueos raquídeos y epidurales, y los procedimientos intervencionistas de columna y para el tratamiento del dolor, en pacientes que reciben anticoagulantes; estas guías ayudan a los médicos a tomar decisiones cuando consideran la posibilidad de realizar LP en pacientes que reciben anticoagulantes. El tratamiento de estos enfermos es complejo y se debe tener en cuenta tanto el riesgo de hemorragia por LP como el riesgo de revertir el efecto anticoagulante terapéutico antes de la LP. Más adelante se resumen las guías para algunos de los anticoagulantes más usados.
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Dosis terapéutica de heparina no fraccionada
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El Practice Advisory de la ASRA de 2010 recomienda interrumpir la heparina no fraccionada (UFH, unfractionated heparin) 2 a 4 h antes de extraer los catéteres raquídeo o epidural, para reducir al mínimo el riesgo de hematoma. Es razonable aplicar guías similares en pacientes a quienes se practicará LP: se interrumpirá el uso de UFH 2 a 4 h antes de LP; antes de la técnica se corroborará que el tiempo de tromboplastina parcial sea normal (PTT, partial thromboplastin time) y que el número de plaquetas sea normal en personas que recibieron heparina durante cuatro días o más, ante el riesgo de trombocitopenia inducida por heparina (HIT, heparin-induced thrombocytopenia). La semivida de la heparina es de 60 a 90 min.
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Dosis profiláctica de heparina no fraccionada
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Se han publicado casos de hematomas espinales como consecuencia de técnicas anestésicas epidurales o raquídeas en personas que recibían dosis bajas de UFH subcutánea; las guías de ASRA del 2010 para procedimientos anestésicos regionales establecen que no hay contraindicación para el uso de estas técnicas de anestesia en individuos que reciben una dosis profiláctica de UFH de 5000 U por vía subcutánea dos veces al día. Sin embargo, las guías de 2015 de la ASRA para procedimientos intervencionistas sobre la columna vertebral y para el dolor recomiendan la interrupción de la heparina subcutánea de 8 a 10 h antes de un procedimiento neuroaxil planificado. Deben tomarse precauciones similares con el fin de prevenir la hemorragia antes de la punción lumbar en pacientes que reciben 5000 U de heparina no fraccionada por vía subcutánea cada 12 h: confirmar que el PTT es normal antes de LP; comprobar que el recuento plaquetario es normal en personas que recibieron heparina durante cuatro días o más y realizar la punción lumbar 1 a 2 h antes de la siguiente dosis de heparina, cuando el efecto de la heparina debe ser mínimo. Por lo general, puede reanudarse la administración de heparina subcutánea 2 h después de un procedimiento no complicado.
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Dosis terapéutica de heparina de bajo peso molecular (p. ej., enoxaparina, 60 mg por vía subcutánea, cada 12 h)
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Las personas que reciben heparina de bajo peso molecular (LMWH) tienen un mayor riesgo de hematoma espinal o epidural después de LP. Es importante interrumpir la dosis de LMWH durante al menos 24 h antes del método.
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Dosis profiláctica de heparina de bajo peso molecular (p. ej., enoxaparina, 30 mg por vía subcutánea, cada 12 h)
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Las personas que reciben dosis profiláctica de LMWH tienen alteraciones de la coagulación. Después de recibir una dosis profiláctica de LMWH, las guías de ASRA recomiendan esperar al menos 10 a 12 h antes de introducir un catéter raquídeo o epidural, para reducir al mínimo el riesgo de hematoma espinal o epidural. Es razonable seguir las mismas recomendaciones en sujetos que se someterán a LP.
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La punción raquídea está contraindicada durante el tratamiento con warfarina. La warfarina debe interrumpirse 4 a 5 días antes de la punción lumbar y para procedimientos de urgencia, puede antagonizarse el efecto de este fármaco con la administración de plasma fresco congelado. La INR debe encontrarse en el intervalo normal en el momento del procedimiento.
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Ácido acetilsalicílico y antiinflamatorios no esteroideos (NSAID)
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Las guías de la ASRA concluyen que el empleo de dichos fármacos al parecer no conlleva un riesgo adicional importante de hemorragia espinal en pacientes a quienes se practica anestesia raquídea o epidural. De igual manera, es poco probable que la LP en individuos que reciben algunos de los fármacos mencionados origine hemorragia. Para revertir el efecto del fármaco sobre la función plaquetaria es necesario interrumpir su administración durante unos 10 días en el caso del ácido acetilsalicílico, 4 días para el naproxeno y 24 h para el ibuprofeno.
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Las guías de la ASRA para procedimientos de anestesia regional sugieren interrumpir la ticlopidina 14 días antes de cualquier técnica raquídea o epidural y el clopidogrel siete días antes. Es razonable seguir las mismas guías en el caso de la LP.
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Abciximab, eptifibátido y otros inhibidores de glucoproteína plaquetaria IIb/IIIa
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Se desconoce el riesgo real de hematoma espinal con estos fármacos. La agregación plaquetaria permanece en niveles anormales 24 a 48 h después de interrumpir el abciximab y 4 a 8 h después de interrumpir el eptifibátido. Las guías de la ASRA recomiendan no practicar procedimientos raquídeos o epidurales hasta que la función plaquetaria sea normal. Es razonable aplicar guías similares para la realización de la LP.
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Inhibidores directos de trombina (p. ej., dabigatrán)
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La ficha técnica del dabigatrán incluye una alerta sobre el riesgo de hematoma epidural o raquídeo en pacientes tratados con dicho fármaco que son sometidos a anestesia neuroaxil o que son sometidos a punción lumbar.
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En procedimientos intervencionistas de riesgo intermedio y alto para el tratamiento del dolor, en los cuales el riesgo de hemorragia puede ser similar al de la punción lumbar, las guías de la ASRA recomiendan un intervalo de 4 a 5 días entre la interrupción del dabigatrán y el procedimiento intervencionista para tratar el dolor y un intervalo entre el procedimiento y la reanudación de la administración de dabigatrán de 24 horas. No se cuentan con guías similares para la realización de punción lumbar. Para situaciones de urgencia en las cuales está indicado el antagonismo rápido del efecto anticoagulante del dabigatrán, el idarucizumab, un fragmento de anticuerpo monoclonal humanizado, ha recibido aprobación de la U. S. Food and Drug Administration como antagonista específico para el dabigatrán. La semivida de este último fármaco es de 8 h después de una dosis única y de 17 h después de múltiples dosis.
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Inhibidores del factor Xa de administración oral
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La ficha técnica del rivaroxabán incluye alertas sobre el riesgo de hematoma raquídeo/epidural con la punción lumbar, que se debe evitar en personas que reciben dicho fármaco. La semivida de rivaroxabán es de 9 a 13 h y se recomienda en la ficha técnica no retirar los catéteres epidurales o intratecales permanentes hasta que hayan pasado al menos dos semividas, es decir, 18 h en pacientes jóvenes con edades entre 20 y 45 años y 26 h en personas de edad avanzada con 60 a 76 años de edad, después de la última administración de rivaroxabán. Este fármaco no debe reanudarse antes de 6 h de haber retirar el catéter. Si ocurrió una punción lumbar traumática, debe retrasarse la reanudación de rivaroxabán al menos 24 h. Guías similares son razonables para la realización de punción lumbar.
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La ficha técnica del apixibán incluye una alerta sobre el riesgo de hematoma raquídeo/epidural con la punción raquídea. Debe evitarse la punción lumbar en pacientes que reciben este fármaco. Se espera que el efecto de apixibán persista por al menos 24 h después de la última dosis, es decir, casi dos semividas farmacológicas. Se recomienda en la ficha técnica no retirar los catéteres epidurales o intratecales permanentes antes de 24 h después de la última dosis de apixibán. No debe reanudarse la administración de apixibán por al menos 5 h después de retirar el catéter. Si ocurre punción traumática, debe retrasarse 48 h la reanudación del apixibán. Son razonables guías similares para la realización de punción lumbar.
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La ficha técnica del fondaparinux incluye una alerta sobre los riesgos de hematoma raquídeo/epidural con la anestesia neuroaxil o la punción del conducto raquídeo. Las guías de la ASRA para los procedimientos intervencionistas para el dolor y sobre la columna vertebral recomiendan interrumpir la administración de fondaparinux 3 a 4 días antes de procedimientos de riesgo medio o alto para el dolor. Guías similares son razonables para la realización de punción lumbar.