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INTRODUCCIÓN

Tan pronto como se diagnostica positivamente un embarazo extrauterino sin ruptura, se recomienda su remoción inmediata por laparotomía, ya que la ruptura puede ocurrir en cualquier momento y la paciente muere por hemorragia antes de que se pueda obtener la ayuda quirúrgica.

—J. Whitridge Williams (1903)

Después de la fecundación y el tránsito por las trompas de Falopio, el blastocisto normalmente se implanta en el revestimiento endometrial de la cavidad uterina. La implantación en otro lugar se considera ectópica y representa del 0.5 al 1.5% de todos los embarazos en el primer trimestre en Estados Unidos (Hoover, 2011; Stulberg, 2014). Esta pequeña proporción representa de forma desproporcionada 3% de todas las muertes relacionadas con el embarazo (Creanga, 2017). Afortunadamente, los análisis de gonadotropina coriónica humana (β-hCG, β-human chorionic gonadotropin) en orina y suero y la ecografía transvaginal permiten un diagnóstico más temprano. Como resultado, se mejoran las tasas de supervivencia materna y la conservación de la capacidad reproductiva.

EMBARAZO TUBÁRICO

Clasificación

Cerca del 95% de los embarazos ectópicos se implanta en los diversos segmentos de la trompa de Falopio. Estos segmentos se muestran en el capítulo 2 (figura 2-14, Anatomía pélvica musculoesquelética). La ampolla (70%) es el sitio más frecuente, seguido de los embarazos ístmicos (12%), fimbriales (11%) y tubáricos intersticiales (2%) (Bouyer, 2002). El 5% restante de los embarazos ectópicos no tubáricos se implanta en el ovario, la cavidad peritoneal, el cuello uterino o en una cicatriz previa por cesárea. Ocasionalmente, un embarazo múltiple contiene un embrión con implantación uterina normal que coexiste con un implante ectópico. La incidencia natural de estos embarazos heterotópicos se aproxima a 1 por 30 000 embarazos (Reece, 1983). Sin embargo, con las tecnologías de reproducción asistida (ART, assisted reproductive technologies), su incidencia es de 9 en 10 000 embarazos (Perkins, 2015). En raras ocasiones, se ha informado sobre el embarazo tubárico gemelar con ambos embriones en el mismo tubo o con uno en cada tubo (Eze, 2012; Goswami, 2015).

Independientemente de su ubicación, las mujeres D-negativas con un embarazo ectópico que no están sensibilizadas al antígeno D reciben inmunoglobulina (IgG, immunoglobulin) anti-D (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2017). En los embarazos en el primer trimestre, una dosis de 50 μg o 300 μg es apropiada, mientras que una dosis estándar de 300 μg se usa para gestaciones posteriores (capítulo 15, Prevención de la aloinmunización anti-D).

Riesgos

La anatomía anormal de la trompa de Falopio subyace a muchos casos de embarazos ectópicos tubáricos. Las cirugías por un embarazo tubárico previo, restauración de la fertilidad o para la esterilización confieren el mayor riesgo. Después de un embarazo ectópico anterior, la posibilidad de otro es ...

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