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Un pulmón parcialmente destruido o fuera de servicio puede ser suficiente para la respiración de una persona normal, pero no puede responder a las demandas adicionales del embarazo, en especial durante los últimos meses, cuando el útero agrandado restringe la movilidad del diafragma.
—J. Whitridge Williams (1903)
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Como se ha manifestado antes, a lo largo de mucho tiempo se ha observado que las mujeres con un embarazo avanzado toleran mal la enfermedad pulmonar. Sin embargo, los trastornos pulmonares se encuentran con frecuencia durante el embarazo. El asma crónica o una exacerbación aguda es el más común y afecta hasta 8% de las mujeres embarazadas. Además, el asma, junto con la neumonía adquirida en la comunidad, representó casi 10% de las hospitalizaciones no obstétricas antes del parto en un plan de atención administrada (Gazmararian, 2002). La neumonía también es una complicación frecuente después del parto que requiere reingreso (Belfort, 2010). Estos y otros trastornos pulmonares se superponen a varios cambios importantes de la fisiología ventilatoria inducidos por el embarazo. Por ejemplo, las mujeres embarazadas, en particular aquellas que se encuentran en el último trimestre, son susceptibles a las complicaciones de la neumonitis aguda grave, como lo demuestra el número desproporcionado de muertes maternas durante las pandemias de influenza.
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Los cambios importantes, y a veces marcados, en el sistema respiratorio, inducidos por el embarazo, se revisan en el capítulo 4 (Tracto respiratorio), y los valores de las pruebas asociadas se pueden encontrar en el Apéndice (Suero y componentes de la sangre). Los volúmenes y las capacidades pulmonares que se miden de manera directa para evaluar la fisiopatología pulmonar pueden estar significativamente alterados. A su vez, éstos cambian las concentraciones de gas y los valores ácido-base en la sangre. Wise y colaboradores (2006) resumieron algunas de las alteraciones fisiológicas inducidas por el embarazo:
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La capacidad vital y la capacidad inspiratoria aumentan en aproximadamente 20% al final del embarazo.
El volumen de reserva espiratoria disminuye de 1 300 mL a alrededor de 1 100 mL.
El volumen corriente aumenta cerca de 40% como resultado de la estimulación respiratoria por la progesterona.
La ventilación minuto aumenta entre 30 y 40% debido al aumento del volumen corriente. Como resultado, la Po2 arterial aumenta de 100 a 105 mmHg.
Las crecientes demandas metabólicas causan un aumento de 30% en la producción de dióxido de carbono (CO2). Pero, debido a su capacidad de difusión e hiperventilación incrementada de forma concomitante, la Pco2 arterial disminuye de 40 a 32 mmHg.
El volumen residual disminuye aproximadamente 20% de 1 500 mL a alrededor de 1 200 mL.
La compliancia de la pared torácica se reduce en un tercio por la expansión del útero y el aumento de la presión intraabdominal. Esto causa una disminución de 10 a 25% en la capacidad residual funcional, la suma de la reserva espiratoria y los ...