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INTRODUCCIÓN

La epilepsia parece no tener ningún efecto sobre el embarazo, aunque en el momento del trabajo de parto puede ser confundida con la eclampsia por observadores sin experiencia. Si los ataques son frecuentes, el paciente debe recibir grandes dosis de bromuro de potasio y tratarse igual que en otras ocasiones.

—J. Whitridge Williams (1903)

Aunque son varias las enfermedades neurológicas relativamente comunes en las mujeres en edad fértil, en la primera edición de este libro de texto se dedicaron menos de dos páginas a las enfermedades del sistema nervioso. En el pasado, algunos pudieron haber excluido una relación entre embarazo y enfermedades del sistema nervioso; sin embargo, pocos lo hacen ahora. Aunque las enfermedades del sistema nervioso más encontradas durante el embarazo son las mismas que aparecen en no embarazadas, algunos trastornos neurológicos se encuentran con más frecuencia en embarazadas: la parálisis de Bell, algunos tipos específicos de accidentes cerebrovasculares, la hipertensión intracraneal benigna y los pseudotumores del cerebro. Los trastornos neurovasculares son una causa importante de mortalidad materna; representaron casi el 7% de las muertes maternas en los Estados Unidos desde 2011 hasta 2013 (Creanga, 2017).

Muchos trastornos neurológicos suelen preceder al embarazo. La mayoría de las mujeres con enfermedades neurológicas crónicas que quedan embarazadas tendrán resultados exitosos; pero algunos trastornos tienen riesgos específicos. A la inversa, otras mujeres presentarán síntomas neurológicos de inicio reciente o durante el embarazo, que a menudo deberán distinguirse de las complicaciones del embarazo. Los trastornos psiquiátricos también pueden manifestarse con anomalías cognitivas y neuromusculares, y deberán considerarse en la evaluación.

TÉCNICAS DE IMÁGENES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

La tomografía computarizada (CT, computed tomography) y la resonancia magnética (MR, magnetic resonance) ayudan en el diagnóstico, clasificación y tratamiento de muchos trastornos neurológicos y psiquiátricos. Como se analizó en el capítulo 46 (Tomografía computarizada), estos métodos de imágenes pueden usarse durante el embarazo de manera segura.

La tomografía computarizada es usada con frecuencia cuando se necesita un diagnóstico rápido, pues resulta excelente para detectar hemorragias recientes. Sin embargo, a menudo en situaciones menos urgentes se prefiere la MRI, por la menor cantidad de radiación que genera, la cual es particularmente útil para diagnosticar las enfermedades desmielinizantes, las malformaciones arteriovenosas, las anomalías congénitas y del desarrollo del sistema nervioso, las lesiones de la fosa posterior y las enfermedades de la médula espinal. Cuando se realiza cualesquiera de estas pruebas a una mujer con embarazo avanzado, se la deberá colocar en una inclinación lateral izquierda y con una cuña debajo de una cadera para prevenir la hipotensión y una disminución de las pulsaciones aórticas que pudiera degradar la imagen.

La angiografía cerebral con inyección de contraste, generalmente a través de la arteria femoral, es un complemento valioso para el diagnóstico y el tratamiento de algunas enfermedades cerebrovasculares. La fluoroscopia emite más radiación, pero ...

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