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INTRODUCCIÓN

La enfermedad renal es un problema de salud con una incidencia altamente significativa en todo el mundo, tanto en países en vías de desarrollo como en países desarrollados. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades estiman que, en Estados Unidos, más de 10% de las personas de 20 años de edad o más (más de 20 millones de personas) tienen enfermedad renal crónica. Además, muchas otras personas sufren de lesiones renales agudas y otras formas de enfermedad renal anualmente. Por tanto, los médicos de todas las especialidades se encontrarán con pacientes con trastornos renales y debemos estar conscientes de los diversos factores de riesgo y las causas de la enfermedad renal. Esto es particularmente importante debido a que, con la detección temprana y el manejo adecuado, la mayoría de las formas de enfermedad renal se pueden tratar para prevenir o al menos disminuir la tasa de progresión a insuficiencia renal u otras complicaciones.

Los riñones desempeñan un papel crucial en el filtrado de la sangre y una amplia gama de enfermedades de otros sistemas orgánicos y enfermedades sistémicas pueden manifestarse en el riñón. Por ejemplo, la enfermedad renal es una presentación significativa de la diabetes mellitus de larga duración y la hipertensión y de trastornos autoinmunes como lupus eritematoso sistémico.

Un desafío particular es que los pacientes suelen ser asintomáticos hasta que se presenta una insuficiencia renal relativamente avanzada. No hay receptores de dolor dentro del tejido renal, por tanto, el dolor no es un síntoma presente significativo, excepto en aquellas enfermedades renales en las que hay afectación del uréter (p. ej., nefrolitiasis) o la cápsula renal (p. ej., carcinoma de células renales). En las primeras etapas de la enfermedad renal, los pacientes pueden tener sólo anomalías en el volumen o composición de la orina (p. ej., presencia de glóbulos rojos y/o proteínas). Posteriormente, pueden manifestar síntomas sistémicos y signos de pérdida de función renal (p. ej., edema, sobrecarga de líquidos, anomalías electrolíticas, anemia). Dependiendo de la naturaleza de la enfermedad renal, pueden progresar para mostrar una amplia gama de complicaciones crónicas resultantes de la función renal inadecuada.

Los riñones desempeñan múltiples funciones en el cuerpo, incluida la filtración de la sangre, el metabolismo y la excreción de compuestos endógenos y exógenos, y las funciones endocrinas. Quizás lo más importante, los riñones son los reguladores primarios de los balances de líquido, ácido-base y electrólitos en el cuerpo, y este notable par de órganos mantiene la homeostasis a través de una amplia gama de cambios dietéticos y ambientales. Se requiere la comprensión de cada uno de estos roles para iluminar la base fisiopatológica detrás de las múltiples manifestaciones de enfermedad renal.

PREGUNTAS DE CONTROL

  • 1. ¿Cuáles son las causas significativas de la enfermedad renal?

  • 2. ¿Cuáles son las consecuencias de la insuficiencia renal?

ESTRUCTURA Y FUNCIÓN NORMALES DEL RIÑÓN

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