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A mis maestros, a mis colegas, a mis alumnos.
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El profesor es el alumno al que a diario se le pregunta la clase y no puede decir que no se la sabe.
—Rosario Castellanos
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Este libro es un homenaje permanente al maestro Fernando Latapí,† fundador de la Escuela Mexicana de Dermatología, por haberme permitido ser su colaborador y discípulo, y a su esposa Clemencia,† por su herencia académica. Asimismo, es un reconocimiento a la comunidad médica de México y Latinoamérica, que me ha permitido desarrollarme gracias al intercambio constante y a las siempre gratas manifestaciones de afecto.
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Expreso mi agradecimiento al Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, especialmente a la Sección de Micología, a los médicos pasantes y rotantes, que son un estímulo importante en mi vida profesional.
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Ha sido invaluable el apoyo en la supervisión técnica en temas específicos de Esperanza Ávalos-Díaz, Aureliano Castillo-Solana, Marina Romero Navarrete, María del Mar Sáez de Ocariz, Carlos García Rementería, Rosa Ma. Lacy, Héctor Leal-Silva, Eduardo D. Poletti, Heriberto Vázquez, María Elisa Vega-Memije, Julio Salas-Alanís, José Alfredo Soto Ortiz, Aline Esther Baeza Echeverría, Carmen Yris Taveras, José Antonio Guzmán Cubilla, José Fernando Barba-Flores, Daniel Asz-Sigall y Roberto Arenas, hijo.
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Ninguna de las actividades que realizo sería posible sin el apoyo diario e incondicional de mi familia: Estela, Roberto y Edgardo. A todos, muchas gracias.
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Gran parte de las ilustraciones son legado de la colección personal del profesor Fernando Latapí;† y otras, una aportación del archivo fotográfico del Departamento de Dermatología y Sección Micología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”.
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