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INTRODUCCIÓN

Puntos claves

  • Las oculomicosis son micosis corneales producidas por hongos oportunistas, que penetran a través de una abrasión superficial.

  • Los agentes causales más frecuentes son Fusarium solani y Aspergillus fumigatus.

  • La mayoría de las veces existe antecedente de traumatismo ocular (de manera particular con materia vegetal).

  • El aspecto clínico consta de ulceración, inflamación e hipopión. El diagnóstico se confirma por examen directo obtenido por raspado corneal, previa anestesia del ojo afectado.

  • Los tratamientos recomendados incluyen la natamicina, terbinafina, voriconazol o anfotericina B locales; sin embargo, su disponibilidad y penetración son limitadas.

  • El pronóstico es sombrío dada la falta de una terapéutica eficaz. Se recomienda la prevención mediante protección ocular y evitar el uso de lentes de contacto por periodos prolongados.

En 1879, T. Leber, en Alemania, notificó de un hipopión, causado por algunas especies de Aspergillus en un campesino, y reprodujo la enfermedad en un conejo.

Las queratomicosis han sido frecuentes, pero en 1952 se detectó un incremento notable, cuando empezaron a usarse de manera indiscriminada glucocorticoides en preparaciones oculares. Tres años después, L. W. Paulter, E. E. Roberts y R. W. Beamer informaron del primer caso de úlcera corneal por Monosporium apiospermum en un granjero. En 1959, Gordon y colaboradores comunicaron el segundo caso por este mismo hongo en un empacador de pescado, que fue tratado con buenos resultados mediante nistatina y anfotericina B.

En 1967, G. Naumann, W. R. Green y L. E. Zimmerman realizaron un estudio histopatológico en 73 pacientes con queratitis micótica y aislaron el hongo en 11 de ellos. En 1970, D. B. Jones, R. Sexten y G. Rebell aislaron 38 cultivos en úlceras corneales micóticas; 29 de ellos resultaron dependientes de Fusarium. En 1975, Ricardo Zapater, en Argentina, documentó dos casos e hizo una revisión de la literatura mundial; señaló 112 casos por Fusarium. En 1963, Sadi de Buen, en México comentó sobre las primeras observaciones al respecto. En 1980, T. J. Leisengang y R. K. Forster hicieron una revisión muy amplia en el sur de Florida. En 2006, se informó en diferentes partes del mundo, especialmente en Singapur y San Francisco, sobre epidemias de queratitis por Fusarium, relacionadas con el uso de lentes de contacto. Ese año, fue reportada una epidemia de queratitis por Fusarium, vinculada con el uso de una solución para lentes de contacto (ReNu with Moissture Loc, Bausch & Lomb, NY), la cual ha sido debatida. Esta solución cumplía las regulaciones durante su manufactura y era estéril; el problema pareció deberse a la parafernalia del uso de lentes de contacto y la higiene deficiente en el entorno del usuario, lo que favorecía la contaminación por el complejo F. solani/F. oxysporum.

En 2010, Virginia Vanzzini-Zago, Patricia Manzano Gayosso, Francisca Hernández-Hernández et alii, en el Hospital de la Asociación para Evitar la Ceguera en México, revisaron a 219 pacientes con queratitis fúngica. Ese mismo ...

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