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INTRODUCCIÓN A LESIONES Y URGENCIAS PEDIÁTRICAS
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De los aproximadamente 140 millones de visitas anuales al departamento de urgencias (ED, emergency department) en Estados Unidos, más de 30 millones (20%) son niños de 18 años de edad o menos. Las alteraciones respiratorias son la causa principal de todas las visitas pediátricas al departamento de urgencias (32%), y las lesiones e intoxicaciones (27%) también conforman un porcentaje importante. Aunque se egresa la mayoría (97%) de los niños que se presentan para la evaluación en el departamento de urgencias, casi un millón cada año requiere ingreso hospitalario desde el departamento de urgencias y, de forma lamentable, casi 3 000 niños mueren cada año en los servicios de urgencias de Estados Unidos.
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Este capítulo comienza con el criterio inicial para el paciente pediátrico gravemente enfermo, analiza la diferenciación y el tratamiento inicial del choque, presenta el criterio general para la evaluación de pacientes con traumatismo pediátrico, resume los medicamentos de urgencia comúnmente utilizados y concluye con el tratamiento de diversas situaciones clínicas frecuentes en medicina de urgencias pediátricas.
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ATENCIÓN INICIAL AL LACTANTE O NIÑO CON ENFERMEDAD AGUDA
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Bases para el diagnóstico y datos característicos
La mayoría de las causas de paro cardiaco pediátrico se deben a hipoxia por insuficiencia respiratoria.
La hipotensión es un signo tardío en el choque pediátrico; los primeros signos pueden incluir taquicardia, llenado capilar > 2 segundos, manchas en la piel y disminución del estado mental.
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Un paciente pediátrico con angustia grave puede presentarse con un diagnóstico conocido o con insuficiencia cardiorrespiratoria de causa desconocida. El criterio inicial debe ser simple y consistente con el fin de identificar con rapidez los trastornos fisiológicos y las lesiones, priorizar el tratamiento y revertir las condiciones potencialmente letales de inmediato. Una vez estabilizado el paciente, después de las intervenciones, el personal de atención de la salud debe considerar con cuidado las causas subyacentes, concentrándose en aquellos que son tratables o reversibles. Se pueden hacer diagnósticos específicos e iniciar un tratamiento dirigido.
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El paro cardiaco pediátrico es el resultado más común de un deterioro respiratorio progresivo o choque, al contrario de una causa cardiaca primaria. La afectación no reconocida puede originar bradicardia, respiración agónica, hipotensión y, en última instancia, asistolia. La lesión hipóxica e isquémica que se genera en el cerebro y otros órganos vitales hace que la recuperación neurológica sea en extremo improbable, incluso en el caso dudoso de que el niño sobreviva al paro. Cuando se produce un paro cardiopulmonar, la supervivencia es rara y se asocia con mayor frecuencia a un deterioro neurológico notable. Los datos actuales reflejan una tasa de supervivencia de 6% para el paro cardiaco extrahospitalario, 8% para aquellos que reciben intervención prehospitalaria y una tasa de supervivencia de 27% para el paro hospitalario. Los niños que reaccionan a la intervención rápida con ventilación y oxigenación solos o con menos de 5 minutos ...