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PRINCIPIOS DE LA TERAPÉUTICA ANTIMICROBIANA
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El descubrimiento y rápido desarrollo de agentes antimicrobianos dirigidos a un objetivo específico, a partir de la década de 1930, se encuentran entre los desarrollos científicos más importantes de la medicina del siglo XX. Estos medicamentos cambiaron para siempre la práctica de la medicina, y los antimicrobianos son todavía una de las intervenciones más eficaces y utilizadas de la medicina. Sin embargo, a pesar del impacto de estos medicamentos, elegir un antimicrobiano apropiado puede ser una tarea compleja y difícil. El uso óptimo de antimicrobianos requiere la apreciación de las complicadas interacciones entre el huésped, el microorganismo y el fármaco. Dicho proceso de toma de decisiones, que se resume en el cuadro 39–1, comienza con un diagnóstico de trabajo preciso, basado en la historia clínica, la exploración física, los antecedentes de exposición y las pruebas de laboratorio iniciales. A partir de esta base, el médico debe considerar los microorganismos más probables y el posible patrón de susceptibilidad antimicrobiana de ese microorganismo; esta información se considera en el contexto de numerosos factores específicos del paciente, que incluyen la edad, el estado inmune, las comorbilidades relevantes, el sitio de infección y la microbiología de sus infecciones previas. La terapéutica empírica debe cambiarse a tratamiento definitivo a medida que evoluciona el curso clínico y se dispone de datos de laboratorio adicionales. La obtención de muestras microbiológicas apropiadas ayuda a facilitar esta transición.
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