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Los cuatro capítulos que constituyen esta sección se enfocan en los aspectos clínicos de las funciones altamente especializadas del gusto y el olfato, la vista, el oído y el sentido del equilibrio. Estos sentidos especiales y los pares craneales que se encargan de su conducción representan las partes del sistema nervioso sensitivo que tienen el desarrollo más depurado. Por supuesto, corresponden al oftalmólogo y al otorrinolaringólogo ocuparse de las disfunciones del ojo y el oído, pero también son de gran interés para el neurólogo. Algunas de ellas reflejan la presencia de una enfermedad general grave y otras representan la manifestación inicial o principal de una enfermedad neurológica. Para conservar el esquema general de este texto, los trastornos de los sentidos especiales y de los movimientos oculares se exponen en una sucesión particular: primero, algunos datos de importancia anatómica y fisiológica; después, las manifestaciones clínicas fundamentales de las enfermedades y luego los síndromes de los que dichas manifestaciones son parte.