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Se define como convulsiones continuas o convulsiones repetitivas y discretas con alteración de la conciencia en el periodo interictal. Para cumplir con la definición, la duración aceptada tradicionalmente de la actividad convulsiva es de 15 a 30 min. Una definición más práctica es cualquier situación que requiera el uso agudo de anticonvulsivos; en el estado epiléptico convulsivo generalizado (GCSE, generalized convulsive status epilepticus), esto ocurre generalmente cuando las convulsiones duran >5 min.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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Existen numerosos subtipos: GCSE (p. ej., convulsiones electrográficas generalizadas, persistentes, coma y movimientos tónico-clónicos) y estado epiléptico no convulsivo (p. ej., convulsiones de ausencia persistentes o convulsiones focales con confusión o conciencia parcialmente deteriorada, y anomalías motoras mínimas). El GCSE es obvio cuando hay convulsiones manifiestas, pero después de 30 a 45 minutos de convulsiones ininterrumpidas, los signos pueden volverse cada vez más sutiles (movimientos clónicos leves de los dedos, movimientos finos y rápidos de los ojos o episodios paroxísticos de taquicardia, dilatación pupilar e hipertensión). El electroencefalograma (EEG) puede ser el único método de diagnóstico con estos signos sutiles, por tanto, si un paciente permanece en coma después de una convulsión, se debe realizar para excluir el estado epiléptico en curso. El GCSE es potencialmente mortal cuando se acompaña de disfunción cardiorrespiratoria, hipertermia y trastornos metabólicos como la acidosis (por actividad muscular prolongada). La lesión neuronal irreversible puede ocurrir por convulsiones persistentes, incluso cuando un paciente está paralizado por el bloqueo neuromuscular.
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Las principales causas de GCSE son la abstinencia o el incumplimiento del fármaco antiepiléptico, las alteraciones metabólicas, la toxicidad del fármaco, las infecciones del CNS, así como sus tumores, la epilepsia refractaria y el traumatismo craneoencefálico.
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TRATAMIENTO Estado epiléptico
El GCSE es una urgencia médica y debe tratarse de inmediato.
Primero, se debe atender cualquier problema cardiorrespiratorio agudo o hipertermia.
Realizar un breve examen médico y neurológico, establecer el acceso venoso y enviar a los laboratorios para detectar anomalías metabólicas, incluidos los niveles anticonvulsivos, si el paciente tiene antecedentes de epilepsia.
La terapia anticonvulsiva debe comenzar sin demora (fig. 24–1).
De forma paralela, es esencial determinar la causa de las convulsiones para prevenir la recurrencia y tratar cualquier anomalía subyacente.
El tratamiento del estado epiléptico no convulsivo es algo menos urgente, ya que las convulsiones en curso no están acompañadas por trastornos metabólicos graves de GCSE; sin embargo, si la evidencia sugiere una lesión celular en la región del foco convulsivo, la afección debe tratarse lo antes posible utilizando el enfoque general para GCSE.
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