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El Mycoplasma pneumoniae, las especies de Legionella y la Chlamydia pneumoniae a menudo se agrupan como las causas más importantes de neumonía “atípica” adquirida en la comunidad. (Para una discusión sobre los micoplasmas urogenitales, véase capítulo 86).
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MYCOPLASMA PNEUMONIAE
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Con un tamaño de sólo 150–350 nm, los micoplasmas son los microorganismos de vida libre más pequeños. Los datos de la secuencia del genoma de muchas especies diferentes de Mycoplasma han ayudado a definir el conjunto mínimo de genes necesarios para la vida celular. Al carecer de una pared celular y estar delimitados únicamente por una membrana plasmática, los micoplasmas colonizan las superficies mucosas de las vías respiratorias y urogenitales.
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El M. pneumoniae existe en todo el mundo sin un patrón estacional. La infección causa ~20 veces más una enfermedad de las vías respiratorias superiores que neumonía.
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La infección se adquiere por inhalación de aerosoles, con un periodo de incubación de 2 a 4 semanas.
M. pneumoniae representa ~23% de los casos de neumonía adquirida en la comunidad en los adultos.
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MANIFESTACIONES CLÍNICAS
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El cuadro clínico no ayuda a distinguir entre la neumonía por M. pneumoniae de la neumonía por otra etiología bacteriana.
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La infección aguda por M. pneumoniae se manifiesta como un síndrome no específico de las vías respiratorias superiores con faringitis, traqueobronquitis y/o sibilancias.
La neumonía se desarrolla en 3 a 13% de los pacientes infectados. El síntoma de presentación más común es una tos no productiva. Cefalea, malestar, escalofríos y fiebre son comunes.
En la exploración física, ~80% de los pacientes tiene sibilancias o estertores.
Los síntomas generalmente mejoran en 2 a 3 semanas, y el tratamiento antimicrobiano apropiado acorta de forma significativa la duración de la enfermedad clínica.
La infección rara vez produce una enfermedad grave y la muerte.
Las manifestaciones extrapulmonares de la infección por M. pneumoniae son relativamente poco frecuentes, pero pueden aparecer erupciones cutáneas (p. ej., eritema multiforme mayor, erupciones), manifestaciones neurológicas (p. ej., encefalitis, síndrome de Guillain-Barré, encefalomielitis desmielinizante aguda), artritis séptica (especialmente en pacientes con hipogammaglobulinemia y manifestaciones hematológicas (p. ej., anemia hemolítica, coagulopatía).
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Las manifestaciones clínicas, las pruebas de laboratorio no microbiológicas y la CXR no son útiles para distinguir entre la neumonía por M. pneumoniae de la neumonía por otras etiologías.
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La infección aguda por M. pneumoniae se puede diagnosticar mediante análisis de PCR de las secreciones de las vías respiratorias, que es 65–90% sensible y 90–100% específico.
No se recomienda el cultivo de M. pneumoniae (que requiere un medio especial) para el diagnóstico de rutina porque su sensibilidad es ≤60% y el crecimiento del organismo puede llevar semanas.
Las pruebas serológicas para anticuerpos IgM e IgG contra M. pneumoniae requieren muestras de fase aguda y ...