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Los parásitos tienen una estructura celular eucariota similar a la de las células humanas y se dividen en dos tipos: helmintos y protozoos.
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Los helmintos son gusanos planos o redondos que se pueden ver a simple vista. Algunos helmintos maduran de larvas a adultos en el tubo digestivo (convirtiendo a los humanos en el hospedero definitivo) y por lo general causan una enfermedad leve. Por el contrario, la etapa larval de algunos helmintos penetra el intestino, migra a través del tejido, invade los órganos, donde las larvas maduran en adultos (convirtiendo a los humanos en un hospedero intermedio) y puede causar enfermedad grave.
– A excepción de Strongyloides y Capillaria, los helmintos requieren etapas en otros hospederos para completar su ciclo de vida. Por tanto, el aumento de la carga de infección requiere infecciones exógenas repetidas (residencia en una región endémica).
Los protozoos son microorganismos unicelulares microscópicos que, al igual que las bacterias, se multiplican dentro del cuerpo humano y causan infecciones abrumadoras.
En el cuadro 109–1 se desglosan los síntomas de las principales infecciones parasitarias por sistema de órganos y distribución geográfica, con comentarios sobre asociaciones clínicas y epidemiológicas.
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