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OBJETIVOS
Después de revisar este capítulo, será capaz de:
Definir las características especiales de la circulación en el cerebro. Describir cómo se forma y se reabsorbe el líquido cefalorraquídeo (CSF, cerebrospinal fluid) y cuál es su función en la protección del cerebro contra las lesiones. Exponer la manera en que la barrera hematoencefálica impide la entrada de sustancias específicas en el cerebro. Explicar cómo se puede medir el flujo sanguíneo cerebral, cómo se regula mediante la presión intracraneal y cómo protege el suministro de oxígeno al cerebro.
Describir la anatomía de la circulación coronaria del corazón y cómo el ciclo cardiaco regula el flujo en los vasos sanguíneos coronarios. Delinear cómo las arterias coronarias satisfacen las necesidades de oxígeno del miocardio contráctil y las consecuencias de su oclusión.
Explicar cómo la circulación cutánea participa en la pérdida de calor del cuerpo, y cómo se regula esta función. Resumir las reacciones vasculares de la piel y los reflejos que las median.
Describir la circulación uterina y cómo cambia durante el embarazo y el parto. Comprender cómo el feto recibe oxígeno y nutrientes en el útero, y los eventos circulatorios necesarios para una transición a la vida independiente después del nacimiento.
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En el cuadro 33–1 se muestra la distribución del gasto cardiaco en varias partes del organismo de un hombre normal que se encuentra en reposo. Los principios generales descritos en los capítulos anteriores se aplican a la circulación de todas estas regiones, pero la irrigación vascular de muchos órganos tiene características adicionales específicas que son importantes para su fisiología. Este capítulo se centra en la circulación específica del cerebro, el corazón, la piel, así como de la placenta y el feto. Las restantes circulaciones específicas se analizan en otros capítulos: la circulación portal de la adenohipófisis, en el capítulo 18; la circulación pulmonar, en el capítulo 34; la circulación renal, en el capítulo 37; y la circulación de la zona esplácnica, principalmente los intestinos y el hígado, en los capítulos 25 y 28.
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