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OBJETIVOS
Después de revisar este capítulo, será capaz de:
Enumerar las vías a través de los cuales pasa el aire desde el exterior a los alvéolos y describir las células que recubren cada uno de ellas.
Identificar los principales músculos involucrados en la respiración e indicar el papel de cada uno.
Definir las medidas básicas del volumen pulmonar y dar valores aproximados para cada uno en un adulto normal.
Definir la distensibilidad pulmonar y la resistencia de las vías respiratorias.
Comparar las circulaciones pulmonar y sistémica, y enumerar algunas de las principales diferencias entre ellas.
Describir las funciones pulmonares básicas de defensa y función metabólica.
Definir la presión parcial y calcular la presión parcial de cada uno de los gases importantes en la atmósfera al nivel del mar.
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La estructura del sistema respiratorio está adaptada de manera única a su función primaria, el transporte de gases hacia el interior del cuerpo (O2) y hacia fuera del organismo (CO2). Además, el sistema respiratorio proporciona un gran volumen de tejido que está constantemente expuesto al ambiente exterior y, por tanto, a una potencial infección y a lesiones. Finalmente, el sistema pulmonar tiene una circulación exclusiva que debe manejar el flujo sanguíneo; los pulmones son el único órgano del cuerpo que recibe todo el gasto cardiaco. Este capítulo comienza con la presentación de la anatomía básica y la fisiología celular que identifican al sistema respiratorio y a sus características únicas. Además, incluye la discusión de cómo las características anatómicas del sistema respiratorio contribuyen a la mecánica básica de la respiración, y cuáles son los aspectos más destacados de las funciones no respiratorias del sistema pulmonar.
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ANATOMÍA DE LOS PULMONES
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REGIONES DEL TRACTO RESPIRATORIO
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El flujo de aire a través del sistema respiratorio se puede dividir en tres regiones interconectadas: las vías respiratorias altas, las vías conductoras y las vías alveolares (también conocida como parénquima pulmonar o tejido acinar). Las vías respiratorias altas comprenden el sistema de entrada, que son la nariz/cavidad nasal y la boca, que conducen a la faringe. La laringe se extiende desde la parte inferior de la faringe para integrar las vías respiratorias altas. La nariz es el punto de entrada primario del aire inhalado; por tanto, la mucosa epitelial que recubre las vías nasofaríngeas está expuesta a la mayor concentración de alergenos inhalados, tóxicos y a la mayor concentración de partículas. Si se tiene esto en cuenta, es fácil entender que además del olfato, la nariz y las vías respiratorias altas proporcionan dos funciones adicionales, cruciales en el flujo de aire: 1) el filtrado de partículas grandes para evitar que estas alcancen la zona conductora y alveolares y 2) el calentamiento y la humidificación del aire mientras entra en el cuerpo. Las partículas con un tamaño (diámetro) mayor que 30–50 µm tienden ...