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Puntos clave
Siempre que las pruebas sugieran infección por Helicobacter pylori, el tratamiento debe iniciarse y confirmarse la erradicación.
La supresión ácida de por vida debe considerarse en cualquier paciente ingresado en un hospital debido a una úlcera péptica. La medicación supresora de ácido puede ser equivalente a la vagotomía quirúrgica para prevenir la úlcera péptica recurrente o las complicaciones de la úlcera.
Si es posible, se evita la resección gástrica para la úlcera péptica en el paciente asténico o de alto riesgo.
Aunque es menos frecuente en Estados Unidos, el cáncer gástrico constituye una causa importante de morbilidad y mortalidad relacionada con el cáncer en todo el mundo.
La laparoscopia diagnóstica con lavado peritoneal debe considerarse en la valoración de pacientes en estadio clínico 2 y 3 con cáncer gástrico.
El tratamiento multimodal para el cáncer gástrico, incluida la resección en combinación con quimioterapia perioperatoria o quimiorradioterapia adyuvante, se asocia con una ventaja de supervivencia en comparación con la cirugía sola.
La mayoría de los pacientes con linfoma gástrico primario puede tratarse sin resección gástrica.
Los tumores estromales gastrointestinales localizados del estómago se tratan con escisión de grosor total. El imatinib adyuvante (o neoadyuvante) se indica para tratar lesiones de mayor riesgo.
Los tumores neuroendocrinos gástricos pueden surgir en presencia (tipos 1 y 2) o ausencia (tipo 3) de hipergastrinemia. Los tumores neuroendocrinos gástricos de tipo 3 deben tratarse por lo general con gastrectomía subtotal y linfadenectomía regional.
Debe evitarse la gastroyeyunostomía en Y de Roux con un gran remanente gástrico (>50%) porque la ulceración marginal y/o la estasis gástrica (síndrome de Roux) pueden volverse problemáticas.
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El estómago almacena y facilita la digestión y absorción de los alimentos ingeridos y ayuda a regular el apetito. Las enfermedades tratables del estómago son frecuentes, y este último es accesible y relativamente indulgente para la manipulación quirúrgica. Con el fin de proporcionar un diagnóstico preciso y un tratamiento racional, el médico debe comprender la anatomía gástrica, la fisiología y la fisiopatología; además, se necesita una comprensión sólida de los procesos mecánicos, secretores y endocrinos mediante los cuales el estómago cumple sus funciones importantes y una familiaridad con los trastornos gástricos benignos y malignos frecuentes. En el cuadro 26–1 se resumen los hitos históricos importantes1,2,3,4,5,6 que influyeron en la comprensión contemporánea de la enfermedad gástrica y el tratamiento quirúrgico.
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