Skip to Main Content

FLORA VAGINAL NORMAL

La flora vaginal normal de una mujer asintomática en edad de reproducción consiste en múltiples especies aerobias y anaerobias, tanto facultativas como obligadas. De dicho conjunto, las anaerobias predominan y rebasan en número a las especies aerobias en una proporción aproximada de 10 a 1 (Bartlett, 1977). Estas bacterias coexisten con el hospedador en una relación simbiótica y pueden ser modificadas por acción del microentorno.

Algunas especies bacterianas que residen normalmente en la flora vaginal tienen acceso a zonas altas del aparato reproductor. Dicha zona de la mujer no es estéril, y la presencia de las bacterias no denota infección activa (Hemsell, 1989; Spence, 1982). En conjunto, estos hallazgos sí ilustran las posibilidades de infección después de cirugía del aparato reproductor de la mujer, así como la necesidad de profilaxis contra microbios.

pH vaginal

Lo habitual es que el pH vaginal varíe de 4 a 4.5; esto se debe en parte a la producción de ácido láctico, ácidos grasos y otros ácidos orgánicos de la especie aeróbica grampositiva Lactobacillus. Otras bacterias aportan también estos últimos ácidos que se obtienen a partir del catabolismo proteínico, y las bacterias anaerobias hacen su aporte por medio de la fermentación de aminoácidos.

El glucógeno, que está presente en la mucosa de la vagina sana, aporta nutrientes para muchas especies de ecosistemas vaginales, y es metabolizado hasta la forma de ácido láctico (Boskey, 2001). En circunstancias normales, el contenido de glucógeno dentro de las células epiteliales vaginales disminuye después de la menopausia, y es bajo durante la niñez. Como resultado, las mujeres posmenopáusicas que no reciben reemplazo de estrógeno y las niñas de corta edad tienen una prevalencia más baja de especies de Lactobacillus y menos producción de ácido en comparación con la de mujeres en edad de reproducción. Esto lleva a un aumento del pH de la vagina. Para mujeres posmenopáusicas, la hormonoterapia de reemplazo restituye la población vaginal de lactobacilos, lo cual protege contra patógenos vaginales (Dahn, 2008).

Flora alterada

El cambio de otros elementos de la ecología vaginal puede alterar la prevalencia de diversas especies, y llevar a infección. En el ciclo menstrual se observan cambios transitorios de la flora, predominantemente durante los primeros días del ciclo, y se supone que están vinculados con cambios hormonales (Keane, 1997). El líquido menstrual también actúa como una fuente de nutrientes de varias especies bacterianas, y gracias a él proliferan de un modo exagerado. No queda claro el papel de este fenómeno en la generación de infecciones de la parte alta del aparato reproductor después de la menstruación, pero podría haber una relación. Por ejemplo, las mujeres que tienen síntomas de infección gonocócica aguda en la parte alta del aparato reproductor típicamente están menstruando o acaban de concluir su menstruación. ...

Pop-up div Successfully Displayed

This div only appears when the trigger link is hovered over. Otherwise it is hidden from view.