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INTRODUCCIÓN

Los cánceres de la vulva son poco comunes y constituyen sólo 6% de las enfermedades malignas ginecológicas. Casi todos los cánceres vulvares se diagnostican en mujeres de edad avanzada. Los cánceres vulvares en estadio temprano son altamente curables, de modo que es indispensable obtener biopsia de cualquier lesión vulvar anormal para ayudar a diagnosticar este cáncer de manera expedita.

El Surveillance, Epidemiology, and End Results Program (SEER) proporciona tendencias de supervivencia e incidencia en línea para cánceres en Estados Unidos. Los datos del SEER (2018) desde 2008 hasta 2014 muestran que los cánceres vulvares conllevan una tasa de supervivencia relativa a cinco años de 71%. Históricamente, el tratamiento del cáncer vulvar daba por resultado morbilidad extensa a plazos corto y largo, con notable deformidad anatómica y funcional. Ahora, la intervención quirúrgica es más conservadora pero preserva eficacia oncológica. Para enfermedad no resecable, localmente avanzada, es factible emplear quimiorradiación sea de manera primaria o como un adjunto a la intervención quirúrgica para ayudar al control del tumor.

ANATOMÍA RELEVANTE

La vulva externa incluye el monte de Venus, los labios mayores y menores, el clítoris, vestíbulo, bulbos vestibulares, glándulas de Bartholin, glándulas vestibulares menores, glándulas para uretrales, y las aberturas uretral y vaginal. Los márgenes laterales de la vulva son los pliegues labiocrurales (figura 38–26). El cáncer vulvar puede afectar cualquiera de estas estructuras externas, y por lo general surge dentro del epitelio escamoso de cobertura. Es importante que, a diferencia del cuello uterino, la vulva carece de una zona de transformación identificable. Sin embargo, la línea de Hart en el vestíbulo marca el borde entre el epitelio escamoso queratinizado vulvar, que yace en posición lateral, y la mucosa escamosa no queratinizada, que se encuentra en posición medial. La neoplasia escamosa vulvar surge predominantemente a lo largo de la línea de Hart.

En planos profundos con respecto a la vulva externa están los compartimientos superficial y profundo del triángulo urogenital. El espacio superficial yace entre la fascia de Colles (fascia perineal superficial) y la membrana perineal (fascia perineal profunda) (figura 38–26). Dentro de este espacio se encuentran los músculos isquiocavernoso, bulboesponjoso y perineal transverso, y el bulbo vestibular y el pilar del clítoris altamente vasculares. Durante vulvectomía radical, la disección se lleva hasta la profundidad de la membrana perineal. Como resultado, el contenido de este compartimiento del triángulo urogenital superficial que yace por debajo de la masa se extirpa durante la escisión del tumor.

Los linfáticos de la vulva y el tercio distal de la vagina por lo general drenan hacia el grupo de ganglios inguinales superficiales (figura 38–31). Desde ahí, la linfa viaja por los linfáticos femorales profundos y el ganglio de Cloquet a los grupos ganglionares pélvicos. Es importante que la linfa también puede drenar directamente desde el clítoris y los labios superiores hasta los ganglios femorales profundos ...

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