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INTRODUCCIÓN

En el ser humano hay un número aproximado de 1 000 000 de fibras nerviosas en cada nervio óptico, que llevan información visual al sistema nervioso central (SNC). Lo que conocemos sobre el funcionamiento del sistema visual en los mamíferos procede de investigaciones experimentales en animales, así como de estudios psicofísicos y patológicos en humanos. Las observaciones realizadas hasta ahora han demostrado que los mecanismos básicos relativos al funcionamiento del sistema visual son muy similares entre las diferentes especies de mamíferos.

EL OJO COMO SISTEMA ÓPTICO

Las estructuras oculares que atraviesa la luz hasta alcanzar la retina (figura 15–1) tienen diferentes índices de refracción, de tal forma que el poder dióptrico total del ojo es de aproximadamente +60 dioptrías cuando el cristalino está acomodado para la visión de lejos. Si un objeto se acerca al observador, el cristalino debe aumentar su poder dióptrico para mantener el objeto enfocado sobre la retina; este proceso se denomina acomodación. El cristalino está unido mediante un sistema de fibras (zónula) a los procesos ciliares. Cuando el músculo ciliar, localizado en los procesos ciliares, se contrae o relaja, modifica la tensión de la zónula y el cristalino; debido a su elasticidad, se abomba o se aplana, modificando así su poder dióptrico. Este cambio en el poder dióptrico del cristalino puede alcanzar hasta 14 dioptrías en los niños. Con la edad, el cristalino se hace rígido y su capacidad de acomodación disminuye notablemente, problema que se conoce con el nombre de presbicia o presbiopía. El proceso de acomodación requiere unos 500 milisegundos, es reflejo y va acompañado de movimientos de convergencia o divergencia de ambos ojos, según se trate de fijar un punto próximo o lejano. Esta sincronía entre la acomodación y los movimientos oculares recibe el nombre de reflejo de acomodación-convergencia, y va acompañado de un ligero cambio del diámetro pupilar en ambos ojos.

Figura 15–1.

Corte esquemático horizontal de un ojo derecho, en el que se representan sus estructuras más relevantes. La línea punteada representa el eje visual del ojo.

Los ojos que enfocan sobre la retina un objeto distante reciben el nombre de emétropes. Si lo hacen por delante de ella se denominan miopes, y si lo hacen por detrás, hipermétropes (figura 15–2). Los niños hipermétropes necesitan hacer una acomodación mayor que los niños emétropes, por lo que en la mirada próxima realizan una convergencia ocular excesiva que llega a producir estrabismo acomodativo. Si el ojo tiene diferentes poderes dióptricos en meridianos distintos, se dice que tiene astigmatismo. Todos estos defectos normalmente pueden ser corregidos con lentes.

Figura 15–2.

Representación esquemática de la refracción que sufren en el ojo los rayos de luz que llegan paralelos desde un objeto distante. En un ojo emétrope (A) se enfocan ...

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