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La circulación coronaria presenta tres características que la diferencian de otras circulaciones regionales. En primer lugar, el corazón presenta un metabolismo fundamentalmente aeróbico, por lo que el aporte coronario de O2 al miocardio debe ser constante. En segundo lugar, las arterias coronarias irrigan el miocardio, que es el órgano que genera la presión arterial y determina el flujo sanguíneo y el aporte de O2 y nutrientes a los distintos tejidos del organismo. Por último, la obstrucción de las arterias coronarias por una placa de ateroma, un trombo o un aumento del tono coronario (vasoespasmo) conduce a un desequilibrio entre el aporte coronario y las demandas miocárdicas de O2 (MVO2), denominado cardiopatía isquémica, que representa la principal causa de mortalidad en los países desarrollados.
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VASOS SANGUÍNEOS CORONARIOS
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El flujo sanguíneo coronario se realiza a través de las arterias coronarias principales, izquierda y derecha, que nacen en los senos de Valsalva, situados por detrás de las valvas derecha e izquierda, respectivamente, de la válvula aórtica. Desde un punto de vista funcional, en las arterias coronarias se distinguen (figura 45–1): a) una porción epicárdica, que discurre por la superficie cardiaca, formada por arterias musculares de conductancia. b) Una porción intramural, que penetra en el interior del músculo cardiaco y se va ramificando en arterias de menor calibre hasta alcanzar la zona subendocárdica donde forman un plexo. Casi 75% de las resistencias vasculares coronarias está determinado por las arteriolas, cuyo diámetro interno es menor de 150 μm. c) Una alta densidad de capilares (2500–4000 capilares/mm3), por lo que la distancia existente entre capilares y miocitos cardiacos (unos 10 μm) es muy inferior a la que existe (15–25 μm) en otros tejidos. Además, en condiciones normales, 60%–80% de los capilares están abiertos, lo que asegura el rápido intercambio por difusión de gases (O2, CO2) y nutrientes entre los capilares y las células cardiacas.
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En el corazón no existen conexiones anastomóticas entre las grandes arterias coronarias, pero sí entre las arteriolas de 20 a 150 μm de diámetro de las arterias coronarias derecha e izquierda o entre ramas de cada una de ellas, sin que existan capilares intermedios; es la denominada circulación colateral. En condiciones fisiológicas, la circulación coronaria es terminal y la circulación colateral no tiene función alguna. Sin embargo, si se produce una oclusión repentina de una gran arteria coronaria, se puede observar que el flujo colateral aumenta al cabo de unos pocos segundos, lo que permite incrementar el flujo sanguíneo coronario (FSC) en la zona mal perfundida. Aunque ...