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En este capítulo se trata un aspecto prácticamente ausente de los libros de fisiología y que, sin embargo, no sólo es de gran actualidad, también es de interés para entender el funcionamiento del organismo. Se ha dicho que la humanidad vive en la época de la “revolución de la microbiota”, y esto lo demuestran los miles de artículos sobre este tema publicados en las dos últimas décadas en revistas científicas de renombre. De forma breve se presenta a la microbiota, sus localizaciones y características más importantes, para centrar la atención en la microbiota intestinal y su papel en la salud; se comenta también el conocido eje microbiota-intestino-cerebro y otros ejes que la microbiota es capaz de establecer con diferentes órganos. Posteriormente se consideran los cambios que ésta puede experimentar a lo largo de la vida y cómo se ve afectada por numerosos factores del ambiente y del estilo de vida.
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Dada la facilidad con que la microbiota intestinal sufre alteraciones, dando lugar a una disbiosis, la cual está en la base de cientos de enfermedades y en la velocidad de envejecimiento, conocer estrategias que permitan reponer y mejorar esa microbiota resulta fundamental para mantener la salud. Por ello, además del ejercicio y el control del estrés, entre otras posibilidades, el texto se centra en la dieta y en la utilización de probióticos, prebióticos y simbióticos, distinguiendo otras denominaciones, como postbióticos y parabióticos. Por último, se mencionan las ventajas y desventajas del trasplante fecal.
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Aunque podría parecer, en un principio, que el estudio de estos microorganismos escapa del ámbito de la fisiología y debería ser sólo objeto de interés de los microbiólogos, en este capítulo se explica que es imposible entender el funcionamiento corporal si no se tiene en cuenta a esta microbiota con la que hemos coevolucionado y con la que convivimos a lo largo de toda la vida, y sin la cual la existencia humana no sería la misma.
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DEFINICIÓN, DISTRIBUCIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA MICROBIOTA AUTÓCTONA
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La microbiota humana está constituida por una amplia variedad de microorganismos, más de mil especies diferentes de bacterias (los microorganismos más abundantes), pero también hay virus, arqueas y eucariotas (hongos, protozoos e incluso gusanos). El término “microbiota autóctona” hace referencia al “conjunto de comunidades de microorganismos que colonizan de forma estable las superficies epidérmicas y las mucosas de los conductos y cavidades corporales que se comunican con el exterior”. En el medio interno no hay microbiota, pues los microorganismos serán eliminados por el sistema inmunitario. Por ello, aunque hay publicaciones que indican la presencia de microbiota, por ejemplo, en la placenta, e incluso en el encéfalo, son posiblemente artefactuales, como lo demuestra el hecho de que cada laboratorio detecta microorganismos diferentes, estos son escasos, comunes en el ambiente externo y asociados con patologías. Por tanto, como localizaciones de la microbiota autóctona están las siguientes: piel (102-107...