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INTRODUCCIÓN

Además de la valoración convencional de los síntomas y enfermedades, la valoración amplia atiende tres temas: pronóstico, valores y preferencias y capacidad de funcionar de manera independiente. Cada tema amerita al menos una breve consideración en cada decisión clínica. Para muchas intervenciones clínicas, los daños que ocurren con la intervención aparecen poco después, mientras que los beneficios podrían ocurrir varios años más tarde; Tales intervenciones suelen estar contraindicadas cuando la esperanza de vida es menor que el tiempo en que se observarán los beneficios. Está indicada la valoración amplia antes de que se realicen decisiones clínicas importantes (p. ej., si debe realizarse una cirugía mayor o si el paciente debe ser hospitalizado). En pacientes hospitalizados, la valoración amplia mejora la supervivencia e incrementa el número de personas que regresan a su hogar.

VALORACIÓN DEL PRONÓSTICO

Cuando la esperanza de vida de una persona mayor es de más de 10 años (es decir, 50% de las personas con edad similar vivirán más de 10 años), es razonable considerar pruebas eficaces y tratamientos que se realizarían en personas más jóvenes. Cuando la esperanza de vida es inferior a 10 años (en especial cuando ésta es mucho menor), las pruebas clínicas y tratamientos deben realizarse con base en su capacidad para mejorar el pronóstico del paciente y la calidad de vida dada la breve esperanza de vida del paciente. Los beneficios relativos y daños inducidos por las pruebas y tratamiento a menudo cambian conforme se agrava el pronóstico y a menudo empeora el beneficio neto (beneficio menos daño ocasionado).

Cuando la situación clínica de un paciente mayor es dominada por un proceso patológico único (p. ej., cáncer pulmonar con metástasis al encéfalo), el pronóstico puede calcularse bien con un instrumento específico para la enfermedad. Sin embargo, incluso en esta situación el pronóstico suele empeorar con la edad (en especial después de los 90 años de edad) y con la presencia de enfermedades graves relacionadas con la edad como demencia, desnutrición o alteración de la capacidad para caminar.

Cuando la situación clínica de un paciente adulto mayor no es dominada por un proceso patológico único, el pronóstico puede valorarse al inicio al considerar los aspectos demográficos básicos y los elementos de salud (fig. 4–1). Por ejemplo, menos de 25% de los varones de 95 años vivirán cinco años, mientras que casi 75% de las mujeres de 70 años vivirán 10 años. El pronóstico para personas mayores que viven en su domicilio puede calcularse al tomar en consideración la edad, sexo, enfermedades asociadas y estado funcional. El pronóstico empeora para adultos mayores dados de alta del hospital en comparación con aquellos que viven en asilos y puede estimarse al considerar el sexo, enfermedades asociadas y estado funcional al momento del alta. Se cuenta con una calculadora en una página electrónica que compila índices, y que permite valorar el pronóstico en ...

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