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ACTUALIZACIONES CLÍNICAS EN EL TRATAMIENTO DE PROBLEMAS GERIÁTRICOS COMUNES
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Existe poca evidencia de beneficios y hay evidencia clara de posibles lesiones al utilizar fármacos antipsicóticos en el tratamiento del delirio.
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Declinación progresiva de la función intelectual.
Déficits adquiridos en uno o más dominios cognitivos que son lo suficientemente graves para causar alteración de la función.
No es ocasionada por delirio o por otros trastornos mentales.
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La demencia es una alteración adquirida, persistente y progresiva de la función intelectual que compromete uno o más dominios cognitivos. La quinta edición del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders identifica estos dominios (con ejemplos de déficits) como: 1) atención compleja (se distrae con facilidad, dificultad para realizar cálculos), 2) función ejecutiva (mala abstracción, poca flexibilidad mental, mala planificación y juicios inapropiados), 3) aprendizaje y memoria (dificultad para recordar objetos de una lista, olvidar eventos recientes), 4) lenguaje (dificultades para encontrar una palabra o para nombrar un objeto), 5) función de percepción-motora (dificultad para desplazarse en entornos conocidos, copiar un dibujo) y 6) cognición social (cambios en la personalidad, problemas para interpretar entornos sociales). El diagnóstico de demencia requiere una disminución significativa en la función que es lo suficientemente grave para ocasionar pérdida de la independencia en las actividades cotidianas instrumentales.
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La prevalencia de la demencia se duplica cada cinco años en la población de edad avanzada, alcanzando 30% a 50% para los 85 años de edad, aunque la prevalencia en adultos estadounidenses de 65 años o mayores ha disminuido. Esta mejoría se ha atribuido a mayores niveles educativos y mejor control de los factores de riesgo cardiovascular. Las mujeres la sufren de forma desproporcionada, tanto actuando como pacientes y como cuidadoras. La enfermedad de Alzheimer representa en términos generales 66% de los casos de demencia en Estados Unidos, mientras que la demencia vascular (ya sea aislada o en combinación con enfermedad de Alzheimer) y la demencia con cuerpos de Lewy representa la mayor parte del resto. Algunos factores de riesgo para enfermedad de Alzheimer en personas de edad avanzada incluyen hiperlipidemia, hipertensión, antecedentes familiares, bajo nivel educativo y sexo femenino. La educación, ejercicio físico, dietas saludables desde el punto de vista cardiovascular y contacto social pueden tener efecto protector. Los factores de riesgo para demencia vascular son aquellos relacionados con la apoplejía, como edad avanzada, hipertensión, consumo de cigarrillos, fibrilación auricular, diabetes mellitus e hiperlipidemia.
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La depresión y delirio también son comunes en personas de edad avanzada y pueden coexistir con la demencia; también pueden estar presentes con la alteración cognitiva. La depresión se presenta a menudo de forma simultánea en etapas iniciales de la demencia. Un paciente con depresión y alteración cognitiva cuya función intelectual mejora con el tratamiento de los trastornos de ánimo tiene un riesgo casi cinco ...