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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Individuos seniles.

  • Deterioro agudo o crónico de la visión central en uno o ambos ojos.

  • Distorsión o tamaño anormal de las imágenes en uno o ambos ojos, en ocasiones con desarrollo agudo.

  • Falta de dolor y enrojecimiento.

  • Las alteraciones de la mácula se identifican mediante oftalmoscopia.

GENERALIDADES

En países desarrollados, la degeneración macular senil constituye la causa principal de pérdida permanente de la vista entre ancianos. Su prevalencia aumenta con cada decenio después de los 50 años (alcanza casi 30% al llegar a los 75 años). Su aparición y respuesta al tratamiento dependen de variantes genéticas, algunas de las cuales afectan la vía del complemento. Otros factores relacionados son la raza (casi siempre caucásicos), sexo (ligero predominio femenino), antecedente familiar, hipertensión, hipercolesterolemia, enfermedad cardiovascular, hipermetropía, iris de color claro y tabaquismo (el factor de riesgo modificable con mayor facilidad).

La degeneración macular senil se clasifica en seca (“atrófica”, “geográfica”) y húmeda (“neovascular”, “exudativa”). Las dos son progresivas y por lo regular bilaterales, pero difieren en sus manifestaciones, pronóstico y tratamiento.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La precursora de la degeneración macular senil es la maculopatía propia del envejecimiento que se caracteriza por drusen retinianos (eFig. 7–42). Los drusen duros se identifican en la oftalmoscopia como depósitos amarillentos circunscritos (discretos); los blandos tienen mayor tamaño, son más pálidos y menos definidos. Los drusen blandos grandes y confluyentes surgen particularmente con la degeneración macular neovascular senil (húmeda). La degeneración macular relacionada con la edad causa la pérdida solo de la visión central en la mayoría de los pacientes. Se conservan los campos periféricos y por tanto la visión de navegación, salvo en los pacientes con degeneración macular vinculada con la edad neovascular grave.

La degeneración macular relacionada con la edad “seca” se caracteriza por pérdida visual bilateral progresiva por atrofia de la capa externa de la retina, el epitelio pigmentario de la retina y la coriocapilar, que suministra sangre a los estratos externos de la retina y al epitelio pigmentario (eFig. 7–43 y 7–44). En la degeneración macular relacionada con la edad “húmeda” crecen nuevos vasos coroideos bajo la retina o las células del epitelio pigmentario de la retina, lo que conduce a la acumulación de líquido de exudado, hemorragia y fibrosis (eFig. 7–45). El comienzo de la pérdida de la vista es más rápido y más intenso que en el caso de la degeneración atrófica. Se reconoce afectación seriada de los dos ojos en un periodo de años. Es más frecuente la degeneración macular senil (seca), pero la de tipo “húmedo” representa casi 90% de todos los casos de ceguera legal por degeneración macular senil.

eFigura 7–43.

Degeneración macular seca relacionada con la edad ...

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