++
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
++
Se calcula que hasta 33% de las mujeres jóvenes con diabetes tiene trastornos de la alimentación. Éstos son más frecuentes en adolescentes diabéticas que en no diabéticas y en mujeres con diabetes tipo 1. La mortalidad por cualquier causa es 4 a 14 veces mayor en mujeres con anorexia nerviosa que en la población general y es incluso más alta en las que padecen tanto diabetes como trastornos de la alimentación. También está demostrado que las pacientes diabéticas con trastornos alimentarios tienen un mayor riesgo de retinopatía.
++
El régimen alimentario de la diabetes se enfoca en los horarios estrictos y una gran consistencia en las comidas. Además, el hambre causada por la hipoglucemia favorece la ingestión compulsiva. Debido al énfasis que las mujeres jóvenes ponen a menudo en el peso corporal, el mantenimiento óptimo del control diabético representa un desafío particular. El diagnóstico casi siempre se establece en una paciente diabética con deterioro en el control de la glucemia cuando ya se descartaron otras causas de agravación en el control.
+++
Manifestaciones clínicas
++
Es probable que las diabéticas refieran polidipsia, poliuria o pérdida de peso. Además, es posible que cuando se les pregunte señalen que sus patrones de alimentación no son adecuados. También es probable que haya otros síntomas relacionados con los trastornos de la alimentación, como la alteración de la imagen corporal e irregularidades menstruales.
+++
B. Datos de laboratorio
++
El principal dato de laboratorio es una tendencia al aumento de la concentración de hemoglobina A1C.
+++
Diagnóstico diferencial
++
El principal diagnóstico diferencial incluye otras causas de deterioro en el control de la glucemia, como una infección subyacente o una enfermedad metabólica como hipertiroidismo.
++
Hoy en día no hay evidencia que apoye alguna medida particular para el tratamiento del trastorno alimentario en pacientes diabéticas. Las modalidades propuestas para las diabéticas con riesgo incluyen asesoría nutricional para favorecer la alimentación saludable, en lugar de la restricción dietética, horarios regulares (en lugar de fijos) para las comidas y refrigerios, tratamiento menos intensivo con insulina para reducir la ganancia de peso y terapia familiar para mejorar la comunicación.
++
No hay estudios que valoren el tratamiento óptimo de las diabéticas con trastornos alimentarios establecidos. Se presupone que las medidas efectivas para las pacientes sin diabetes, como la terapia conductual cognitiva y los fármacos, lo son también para las diabéticas. Además, pueden ser provechosas las alternativas terapéuticas para la diabetes que no obliguen a la paciente a pensar en la comida de manera constante.