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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Úlcera que no cicatriza o nódulo verrugoso.

  • Daño de la piel por exposición al sol por tiempo prolongado.

  • Frecuente en personas de piel clara que han sido receptores de trasplantes de órganos.

En general, el carcinoma espinocelular es consecuencia de la exposición prolongada al sol en áreas expuestas en personas de piel clara que sufren quemaduras solares con facilidad y se broncean poco. Puede surgir de una queratosis actínica. Estas lesiones se manifiestan como nódulos rojos pequeños, cónicos, duros, que a veces se ulceran (fig. 6–32). Se estima por estudios retrospectivos, que, en los carcinomas espinocelulares inducidos actínicamente, las tasas de metástasis son de 3% a 7%. Los carcinomas espinocelulares de oídos, sienes, labios, cavidad bucal, lengua y genitales se acompañan de tasas mucho más altas de metástasis y necesitan tratamiento especial. Los pacientes con múltiples carcinomas basocelulares (en especial más de 10) tienen tasas más elevadas de recurrencia local y metástasis ganglionares.

FIGURA 6–32.

Carcinoma epidermoide: una placa rosada de forma irregular cubierta con una costra hemorrágica en un área con exposición crónica al sol. (Reproducida con autorización de Richard P. Usatine, MD, en Usatine RP, Smith MA, Mayeaux EJ Jr, Chumley H. The Color Atlas of Family Medicine, 2nd ed. McGraw-Hill, 2013.)

El carcinoma epidermoide in situ puede tratarse con imiquimod o 5-fluoruracilo (en dosis similares al carcinoma basocelular superficial) o con curetaje y electrodesecación. El tratamiento preferible para el carcinoma epidermoide invasivo es la excisión o la cirugía micrográfica de Mohs. Esta última se recomienda para lesiones de alto riesgo (labios, sienes, orejas, nariz), tumores recurrentes, subtipos histológicos agresivos (invasión perineural o perivascular), lesiones grandes (mayores de 1 cm en la cara, mayores de 2 cm en el tronco o extremidades), para pacientes inmunodeprimidos, en lesiones que se desarrollan dentro de una cicatriz y para tumores que surgen con un trasfondo de enfermedades genéticas. La vigilancia del carcinoma espinocelular debe ser más frecuente y minuciosa, que la que se hace para el carcinoma basocelular, y en el comienzo se hará cada tres meses, con exploración cuidadosa de ganglios linfáticos durante un año, para seguir después con el mismo esquema dos veces al año.

Los receptores de trasplante con carcinomas epidermoides representan una población de pacientes muy especializada. La conducta biológica del cáncer de la piel en receptores de trasplantes de órganos puede ser agresiva y es indispensable un tratamiento cuidadoso. Los carcinomas espinocelulares múltiples son muy frecuentes en la piel expuesta al sol de pacientes con trasplante de órganos. El principal factor de riesgo que determina la aparición de cáncer de la piel después del trasplante es la intensidad de la inmunodepresión y no el uso de un fármaco inmunodepresor particular. Los tumores comienzan a aparecer después de cinco años de inmunosupresión. El tratamiento con voriconazol parece incrementar el riesgo ...

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