En infestaciones por piojo del cuerpo, el prurito quizá sea muy intenso y el rascado da por resultado excoriaciones profundas, en especial en la parte superior de los hombros, las axilas, la cara posterior de los flancos y el cuello. En algunos casos, sólo hay prurito y se observan pocas excoriaciones. La piodermia (infección bacteriana de la piel) puede ser el signo inicial. El diagnóstico se hace mediante el examen de las costuras de la ropa en busca de liendres y piojos. La pediculosis de la cabeza se presenta como prurito de la piel cabelluda, a menudo acompañado de erosiones en la zona occipital, la parte posterior del cuello y la parte superior de la espalda. El diagnóstico se hace con el hallazgo de piojos en la piel cabelluda o de pequeñas liendres que parecen brotes de sauce ceniciento en el cabello, cerca de la piel (eFig. 6–86). Es más fácil observarlos arriba de las orejas y en la nuca. En ocasiones, las infestaciones por piojos púbicos se generalizan, en particular en personas con mucho vello; es posible encontrar los piojos incluso en las pestañas y la piel cabelluda. El diagnóstico se hace con el hallazgo de piojos o liendres en el vello púbico, el pelo corporal o las pestañas.