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Los tumores benignos y malignos (véase el cap. 39 para los tumores malignos) del intestino delgado son poco frecuentes, ya que representan entre el 3% y 6% de los tumores gastrointestinales. A menudo no causan síntomas ni signos. Sin embargo, pueden causar sangrado agudo de tubo digestivo con hematochezia o melena o hemorragia crónica de tubo digestivo que ocasiona fatiga y anemia ferropriva. Los tumores del intestino delgado pueden causar obstrucción por estenosis luminal o intususcepción de una masa polipoide. Los tumores neuroendocrinos pueden presentarse con diarrea, rubor cutáneo o sibilancias. Los tumores del intestino delgado por lo general se identifican por medio de una cápsula de videoendoscopia, TC o enterografía por resonancia magnética o bien, con enterografía con medio de contraste. La visualización y biopsia de las tumoraciones yeyunales o duodenales se realizan con un endoscopio largo de tubo digestivo alto, conocido como enteroscopio.
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Los pólipos benignos pueden ser sintomáticos o ser hallazgos incidentales detectados en la endoscopia o en estudios radiográficos. En la mayor parte de los casos son aislados y la presencia de pólipos múltiples sugiere síndrome de poliposis hereditaria (revisada en la sección Enfermedades del colon y recto). Con excepción de los lipomas, se recomienda la ablación quirúrgica o endoscópica.
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Los pólipos adenomatosos son el tumor benigno más común de la mucosa. La mayor parte de los casos cursan asintomáticos, aunque puede ocurrir sangrado agudo o crónico. Como ocurre transformación maligna, se justifica la resección endoscópica o quirúrgica. Los adenomas vellosos se presentan con mayor frecuencia en la región periampollar del duodeno (en especial en pacientes con poliposis adenomatosa familiar) y tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer invasor. En pacientes con poliposis adenomatosa familiar se recomienda la monitorización endoscópica periódica para detectar en etapas tempranas neoplasias ampollares. La valoración con colangiopancreatografía endoscópica retrógrada (ERCP) y ecografía endoscópica es necesaria para descartar el carcinoma invasor. Los adenomas ampollares pueden extirparse con técnicas quirúrgicas o endoscópicas. En el íleon a menudo ocurren lipomas. En la mayor parte de los casos cursan asintomáticos y se identifican de forma incidental durante una endoscopia o estudio radiográfico; rara vez causan obstrucción con intususcepción.
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Los tumores mesenquimatosos benignos se encuentran a todo lo largo del intestino. Estas lesiones mesenquimatosas submucosas pueden ser intraluminales, intramurales o extraluminales. Aunque la mayor parte de los casos cursan asintomáticas, pueden sufrir ulceración y ocasionar hemorragia aguda o crónica o bien, obstrucción intestinal. Es difícil diferenciar los tumores del estroma benignos y malignos, excepto por ablación. El tratamiento de los tumores mesenquimatosos del tubo digestivo se revisan el capítulo 39.
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de Latour
RA
et al. Management of small bowel polyps: a literature review. Best Pract Res Clin Gastroenterol. 2017 Aug;31(4):401–8.
[PubMed: 28842049]