Disminución del consumo o de la absorción Inanición Alimentación parenteral con contenido inadecuado de fosfato Síndrome de malabsorción, cirugía de derivación de intestino delgado La absorción se bloquea con antiácidos orales que contengan aluminio o magnesio Osteomalacia por deficiencia de vitamina D o por resistencia a vitamina D Aumento de las pérdidas Fármacos fosfatúricos: teofilina, diuréticos, broncodilatadores, corticoesteroides Hiperparatiroidismo (primario o secundario) Hipertiroidismo Defectos tubulares renales con fosfaturia excesiva (congénitos, síndrome de Fanconi inducido por gammapatía monoclonal, envenenamiento por metales pesados), alcoholismo Nefropatía hipopotasémica Diabetes mellitus mal controlada Raquitismo hipofosfatémico Fosfatoninas de osteomalacia oncógenas (p. ej., producción de FGF23) Desplazamiento intracelular de fósforo Administración de glucosa Esteroides anabólicos, estrógenos, anticonceptivos orales, agonistas β-adrenérgicos, derivados de las xantinas Síndrome de hueso hambriento Alcalosis respiratoria Intoxicación por salicilatos Anomalías electrolíticas Hipercalcemia Hipomagnesemia Alcalosis metabólica Pérdidas anormales seguidas de reposición inadecuada Diabetes mellitus con acidosis, en especial durante el tratamiento intensivo Recuperación después de inanición o estado catabólico prolongado Alcoholismo crónico, particularmente durante el reinicio de la nutrición; asociado con hipomagnesemia Recuperación de quemaduras graves |