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Múltiples trastornos infiltrativos pueden causar crecimiento unilateral o bilateral de la glándula parótida. La enfermedad de Sjögren y la sarcoidosis son ejemplos de enfermedades linfoepiteliales y granulomatosas que afectan las glándulas salivales. Los trastornos metabólicos, incluidos alcoholismo, diabetes mellitus y deficiencias vitamínicas, también causan crecimiento difuso. Varios fármacos se han relacionado con crecimiento de la parótida e incluyen tioureas, yodo y fármacos con efectos colinérgicos (p. ej., fenotiazinas), que estimulan el flujo salival y producen una saliva más viscosa.