Alrededor del 10% de los linfomas ocurre en cabeza y cuello. Un dato que sugiere la presencia de la enfermedad es la detección de múltiples ganglios “coriáceos”, en particular en el adulto joven o en personas con sida. La exploración física completa suele demostrar otros sitios de afectación ganglionar u orgánica. La biopsia por aspiración con aguja fina puede ser diagnóstica, pero a menudo es necesaria la biopsia abierta para establecer la arquitectura e iniciar un tratamiento apropiado.