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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Con frecuencia hay linfadenopatía indolora.

  • Los síntomas de índole general pueden estar presentes o no.

  • El diagnóstico histopatológico se hace por biopsia de ganglios linfáticos.

GENERALIDADES

El linfoma de Hodgkin se caracteriza por la presencia de células de Reed-Sternberg con un fondo celular reactivo apropiado (eFig. 13–34). La célula neoplásica proviene de los linfocitos B de centros germinativos.

eFigura 13–34.

Linfoma de Hodgkin, celularidad mixta, se muestran células multinucleadas de Reed-Sternberg sobre un fondo de células que incluyen linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos, histiocitos y células mononucleares de Reed-Sternberg. (Reproducida con autorización a partir de Chandrasoma P, Taylor CR. Concise Pathology, 3rd ed. Originalmente publicada por Appleton & Lange. Copyright © 1998 by The McGraw-Hill Companies, Inc.)

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La distribución del linfoma de Hodgkin es bimodal y hay un punto máximo en el decenio de los 20 años y otro más después de los 50 años. Casi todos los pacientes acuden al médico por la presencia de una tumoración indolora, por lo regular en el cuello, en tanto que otros acuden por síntomas de orden general, como fiebre, pérdida de peso o sudoración nocturna copiosa, o por prurito generalizado. Una manifestación poco común del linfoma de Hodgkin es el dolor en un ganglio afectado después de ingestión de bebidas alcohólicas.

Un signo trascendente del linfoma de Hodgkin es su tendencia a aparecer dentro de una sola área de los ganglios linfáticos y propagarse de manera ordenada a las zonas contiguas de los mismos. En etapas ulteriores de la enfermedad, la invasión vascular ocasiona diseminación hematógena muy amplia.

El linfoma de Hodgkin se divide en dos subtipos: la forma clásica (esclerosis ganglionar, celularidad mixta, abundancia de linfocitos y agotamiento de estas mismas células) y la forma no clásica (predominan los linfocitos en ganglios). El linfoma de Hodgkin debe diferenciarse sobre bases histopatológicas de otros linfomas malignos y a veces se le confunde con ganglios linfáticos reactivos, como los que aparecen en la mononucleosis infecciosa, la linforreticulosis benigna o reacciones medicamentosas (p. ej., al difenilhidantoinato).

En los enfermos se practica una valoración de estadificación para conocer la magnitud de la enfermedad, que incluye química sanguínea, ecografía de todo el cuerpo por PET/CT y biopsia de médula ósea. La nomenclatura de la estadificación (Ann Arbor) es la siguiente: estadio I, en que hay ataque de una sola región de ganglios linfáticos; estadio II, afectación de dos o más regiones de dichos ganglios en una mitad del diafragma; estadio III, afectación de las regiones ganglionares en ambos lados del diafragma, y estadio IV, enfermedad diseminada con afectación extraganglionar. La estadificación todavía se subdivide en “A” si las personas no tienen síntomas de índole general o “B” si el individuo ha ...

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