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Casi todos los pacientes con apnea obstructiva del sueño o mixta son varones obesos de edad madura. Es común la hipertensión arterial. Algunos se quejan de somnolencia excesiva durante el día, pereza matutina y dolores de cabeza, fatiga diurna, deterioro cognitivo, aumento reciente de peso e impotencia. Los compañeros de lecho refieren a menudo ronquido cíclico intenso, interrupción de la respiración, apneas atestiguadas, inquietud y movimientos y sacudidas de las extremidades durante el sueño. También pueden observarse cambios de la personalidad, mal juicio, problemas laborales, depresión y deterioro intelectual (deterioro de la memoria, incapacidad para concentrarse). Los US Preventive Services Task Force no recomiendan la detección de apnea del sueño en adultos asintomáticos.
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La exploración física es normal o revela hipertensión sistémica y pulmonar con corazón pulmonar. El paciente puede parecer somnoliento o incluso dormirse durante la valoración. Muchas veces se observa una bucofaringe estrechada por pliegues excesivos de tejido blando, amígdalas grandes, úvula péndula o lengua prominente. Es posible observar obstrucción nasal por un tabique nasal desviado, flujo de aire nasal deficiente y habla nasal. Es común un aspecto de “cuello de toro”.
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B. Datos de laboratorio
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La eritrocitosis es frecuente. Se realizan pruebas de función tiroidea (TSH, FT4 en suero) para descartar hipotiroidismo.
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La observación del paciente cuando duerme puede permitir detectar ronquidos intensos interrumpidos por episodios de esfuerzo ventilatorio cada vez más potente, que no generan flujo de aire. Un ronquido sonoro suele acompañar a la primera respiración después del episodio apneico. La valoración diagnóstica definitiva ante la sospecha de apnea del sueño consiste en el examen del otorrinolaringólogo y la polisomnografía durante toda la noche (vigilancia de múltiples factores fisiológicos durante el sueño). El estudio polisomnográfico completo comprende electroencefalografía, electrooculograma, electromiografía, ECG, oximetría de pulsos y medición del esfuerzo respiratorio y el flujo de aire. Con dicho estudio se detectan episodios apneicos que duran incluso 60 s. Disminuye la saturación de oxígeno, a menudo a niveles muy bajos. Pueden surgir bradiarritmias como la bradicardia sinusal, el paro sinusal o el bloqueo auriculoventricular. Una vez que se restablece el flujo de aire a veces se identifican taquiarritmias que incluyen taquicardia supraventricular paroxística, fibrilación auricular y taquicardia ventricular. Los estudios del sueño en el domicilio se realizan en personas sin enfermedades asociadas y con probabilidad moderada a alta antes de la prueba de OSA. Mientras que los estudios en el domicilio lo cuantifican las etapas del sueño, proporcionan un índice fiable de los eventos de desaturación y del índice respiratorio.