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Si se diagnostica trastorno fibroquístico con biopsia o cuando éste es probable porque el antecedente es habitual, está indicada la aspiración de una tumoración bien definida que sugiera un quiste para aliviar el dolor y, de mayor importancia aún, para confirmar su naturaleza quística. A continuación, se reexplora a la paciente a intervalos regulares. Se realiza biopsia cuando no se obtiene líquido por aspiración, si éste es sanguinolento, si una tumoración sigue presente después de la aspiración o si se reconoce un tumor persistente o recurrente en cualquier momento durante la monitorización.
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El mejor tratamiento del dolor mamario relacionado con cambios fibroquísticos generalizados consiste en evitar los traumatismos y usar un sostén ajustado, noche y día. No se recomienda la hormonoterapia porque no resuelve el trastorno y produce efectos secundarios indeseables. Se ha administrado danazol (100 a 200 mg por VO dos veces al día), un andrógeno sintético y único tratamiento aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos para pacientes con dolor intenso. Este tratamiento suprime las gonadotropinas hipofisiarias, pero sus efectos androgénicos (acné, edema, hirsutismo) lo hacen las más de las veces intolerable; en la práctica, rara vez se usa. De manera similar, el tamoxifeno disminuye algunos síntomas de los trastornos fibroquísticos, pero por sus efectos secundarios no es conveniente para mujeres jóvenes, a menos que se administre para disminuir el riesgo de cáncer. Las mujeres posmenopáusicas que reciben tratamiento de sustitución hormonal pueden interrumpirlo o modificar la dosis para reducir el dolor. Está demostrado que el aceite de onagra (OEP, oil of evening primrose), una forma natural del aceite gamolénico, atenúa el dolor 44% a 58% de las personas. La dosis de ácido gamolénico es de seis cápsulas de 500 mg por VO dos veces al día. Los estudios también han informado que una dieta reducida en grasa o la disminución de la grasa alimenticia pueden aminorar los síntomas dolorosos vinculados con el trastorno fibroquístico. Rara vez son útiles los tratamientos tópicos, como antiinflamatorios no esteroideos.
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La importancia del consumo de cafeína en la aparición y el tratamiento de los trastornos fibroquísticos es controvertida. Algunos estudios sugieren que la eliminación de la cafeína de la dieta se asocia con mejoría, mientras que otros rechazan por completo tal beneficio. Muchas pacientes conocen esos estudios y refieren alivio de los síntomas después de interrumpir el café, el té y el chocolate. De manera similar, muchas mujeres encuentran que la vitamina E (400 UI al día) es útil. Sin embargo, dichas observaciones son aún anecdóticas.