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La nutrición durante la gestación puede afectar la salud materna, así como la talla y el bienestar del lactante. Las embarazadas deben recibir asesoramiento nutricional al inicio de la atención prenatal y tener acceso a programas de alimentación complementarios, si es necesario. En el asesoramiento debe insistirse en la abstinencia de alcohol, tabaquismo y drogas recreativas. La cafeína y los edulcorantes artificiales deben consumirse solo en pequeñas cantidades. Se deben evitar las “calorías huecas” y la alimentación debe contener los siguiente: alimentos con proteínas de origen animal y vegetal, leche y productos lácteos, cereales, panes integrales, frutas y hortalizas, en especial hortalizas de hoja verde.
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Las recomendaciones respecto del incremento de peso en el embarazo deben basarse en el índice de masa corporal (BMI, body mass index) de la gestante antes de la concepción y en la primera consulta prenatal. Según las guías de la National Academy of Medicine, el incremento total de peso debe ser de 11.3 a 15.9 kg para mujeres con peso normal (BMI de 18.5 a 24.9) y de 6.8 a 11.3 kg para quienes tengan sobrepeso. En las mujeres obesas (BMI de 30 o más), el aumento de peso debe restringirse a 5.0 a 9.1 kg. El aumento excesivo de peso se ha vinculado con un mayor peso al nacer y también con retención del peso después del parto. En cambio, el hecho de no aumentar de peso en el embarazo se ha asociado a peso bajo al nacer. El asesoramiento nutricional debe adaptarse a cada gestante.
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No es necesario restringir el consumo de sal. Aunque no es deseable el consumo de bocadillos y alimentos preparados con mucha sal, se permiten 2 a 3 g/día de sodio. El aumento de las necesidades de calcio durante el embarazo (1 200 mg/día) se puede satisfacer con leche, productos lácteos, vegetales verdes, productos de soya, tortillas de maíz y complementos de carbonato de calcio.
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La mayor necesidad de hierro y ácido fólico debe cubrirse con alimentos y complementos vitamínicos y minerales. (Véase la sección sobre anemia.) No deben tomarse vitaminas en exceso durante la gestación, ya que pueden causar malformaciones fetales o alteraciones del metabolismo. Sin embargo, se usa de forma generalizada en Estados Unidos un complemento prenatal equilibrado con 30 a 60 mg de hierro elemental, 0.4 mg de folato, así como las raciones diarias recomendadas de diversas vitaminas y minerales, y es probable que sea de beneficio para muchas mujeres que no se alimentan bien. Hay pruebas de que los complementos de ácido fólico administrados antes de la concepción y después de ella pueden reducir el riesgo de defectos del tubo neural en el feto. Por ese motivo, en Estados Unidos el servicio de salud pública recomienda el consumo diario de 0.4 mg de ácido fólico a todas las embarazadas y en edad reproductiva. Aquellas mujeres con antecedente de defecto del tubo neural en un ...