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INTRODUCCIÓN

El síndrome antifosfolipídico (APS, antiphospholipid syndrome) se caracteriza por la presencia de autoanticuerpos específicos en presencia de ciertos trastornos clínicos, en particular trombosis arterial y venosa, y resultados adversos del embarazo. Clínicamente, el diagnóstico puede sospecharse después de cualquiera de los siguientes resultados: un episodio de trombosis, tres o más abortos espontáneos consecutivos sin explicación antes de las 10 semanas de gestación, una o más muertes inexplicables de un feto morfológicamente normal después de las 10 semanas de gestación o un parto prematuro de menos de 34 semanas por preeclampsia o insuficiencia placentaria. Además de estas manifestaciones clínicas, los criterios de laboratorio incluyen identificación de al menos uno de los siguientes anticuerpos antifosfolipídicos: 1) anticuerpos anticardiolipínicos, 2) anticuerpos contra glucoproteína β2 I o 3) anticoagulante lúpico (cap. 20).

El tratamiento óptimo para el APS durante el embarazo no está claro, pero por lo general implica la administración de heparina (no fraccionada o de bajo peso molecular) en cantidades profilácticas (5 000 a 10 000 unidades por vía subcutánea dos veces al día para la primera) y de ácido acetilsalicílico en dosis bajas (81 mg). Si bien los anticoagulantes son especialmente convenientes en mujeres con antecedente de trombosis, también existe evidencia que demuestra que este tratamiento reduce el riesgo de abortos espontáneos en las mujeres con abortos recurrentes por APS. No se sabe si el hecho de prolongar el tratamiento después del primer trimestre reduce el riesgo de óbito o disfunción placentaria; sin embargo, el tratamiento típicamente se continúa a lo largo de todo el embarazo y el principio del puerperio como tromboprofilaxis. Para esta indicación también se utiliza a menudo la LMWH (30 a 40 mg SC cada 24 h); sin embargo, no se sabe si ésta tiene el mismo efecto reductor de riesgo de abortos recurrentes que la heparina no fraccionada. Se puede utilizar una estrategia posológica profiláctica o terapéutica en función de los antecedentes de la paciente y los factores de riesgo clínico. En dichas pacientes no se sabe si el uso de corticoesteroides e inmunoglobulina IV agregan algún beneficio, pero no se recomienda ninguno de ellos.

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American College of Obstetricians and Gynecologists. No. 132: Antiphospholipid syndrome. Obstet Gynecol. 2012 Dec;120(6):1514–21. [Reaffirmed 2019]
[PubMed: 23168789]
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Santos  TDS  et al. Antiphospholipid syndrome and recurrent miscarriage: a systematic review and meta-analysis. J Reprod Immunol. 2017 Sep;123:78–87.
[PubMed: 28985591]

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