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El embarazo normal puede describirse como un estado de aumento de la resistencia a la insulina que ayuda a garantizar un aporte constante de glucosa al feto en desarrollo. Por lo tanto, la hipoglucemia leve en ayuno y la hiperglucemia posprandial son fisiológicas. Se considera que estos cambios metabólicos tienen mediación hormonal, con contribuciones probables del lactógeno placentario humano, estrógeno y progesterona.
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A. Diabetes mellitus gestacional
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La diabetes gestacional es la tolerancia anormal a la glucosa durante el embarazo; en general se considera una exageración de los cambios fisiológicos inducidos por el embarazo en el metabolismo de los carbohidratos. Otra posibilidad es que el embarazo descubra una propensión subyacente a la intolerancia a la glucosa, que será evidente en el estado sin embarazo en algún futuro, cuando no en el puerperio inmediato. En realidad, al menos en 50% de las mujeres con diabetes gestacional se diagnostica diabetes manifiesta en algún momento. Durante el embarazo, la principal preocupación en las mujeres con diabetes gestacional identificada es el crecimiento fetal excesivo, que incrementa la morbilidad materna y perinatal. La distocia de hombro es más frecuente en lactantes de madres diabéticas por el crecimiento fetal excesivo y el mayor depósito de grasa en los hombros. La cesárea y la preeclampsia también tienen un aumento significativo entre las mujeres con diabetes, tanto gestacional como manifiesta.
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En las embarazadas asintomáticas se realizan análisis en busca de diabetes gestacional después de las 24 semanas de embarazo. No hay aceptación unánime en cuanto a los umbrales diagnósticos de las pruebas de tolerancia a la glucosa y, como dato importante, los desenlaces adversos en el embarazo al parecer suceden en un continuo de intolerancia a la glucosa, incluso si no se establece de manera formal el diagnóstico de diabetes gestacional. El American College of Obstetricians and Gynecologists recomienda pruebas en dos etapas, es decir, comenzar con la prueba con 50 g de glucosa, que se practica a todas las embarazadas entre las 24 y 28 semanas de gestación. Si este resultado es anormal, se realiza la prueba diagnóstica con una carga de glucosa oral de 100 g (cuadro 19–4).
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