La tasa general de mortalidad es 34% (20% en un mes) sin corticoesteroides. En quienes el tiempo de protrombrina impide la biopsia hepática, la tasa de mortalidad es de 42% a un año. Otros factores de mal pronóstico son edad avanzada, concentraciones séricas de bilirrubina >10 mg/100 mL (171 µmol/l), encefalopatía hepática, coagulopatía, azoemia, leucocitosis, septicemia y otras infecciones, síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (que se asocia con falla de múltiples órganos), falta de respuesta al tratamiento con corticoesteroides y posiblemente esteatosis en la muestra de biopsia hepática e inversión del flujo sanguíneo portal en la ecografía Doppler. La hemorragia concomitante de tubo digestivo no parece empeorar la supervivencia. La imposibilidad de que las concentraciones de bilirrubina sérica disminuyan después de siete días de tratamiento con corticoesteroides predice la falta de respuesta y supervivencia baja a largo plazo, como lo hace el modelo Lille (que comprende edad, creatinina sérica, albúmina sérica, tiempo de protrombina ([o INR], bilirrubina sérica al momento del ingreso y bilirrubina sérica al séptimo día). La calificación MELD utilizada en casos de cirrosis y la calificación de Glasgow de hepatitis alcohólica (que se basa en edad, recuento de leucocitos, nitrógeno ureico sanguíneo, tiempo de protrombina y concentraciones de bilirrubina) guardan relación con la mortalidad por hepatitis alcohólica y tienen mayor especificidad que la función discriminante y la calificación Lille. Se ha propuesto un sistema de puntuación basado en la edad, la bilirrubina sérica, el INR y la creatinina sérica (ABIC) y un estudio mostró que la aparición de nefropatía aguda es el factor de predicción más exacto de mortalidad a 90 días. Se ha reportado otro sistema de calificación que se basa en la encefalopatía hepática, en el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica y calificación MELD, para predecir la lesión renal aguda y la mortalidad. Se ha notificado que la combinación de la calificación MELD y el modelo Lille constituye el mejor modelo de predicción de la mortalidad a corto plazo entre los sistemas de calificación. Las características histológicas asociadas a la mortalidad a 90 días incluyen el grado de fibrosis y de infiltración por neutrófilos, presencia de megamitocondrias y bilirrubinostasis.
La mortalidad general por hepatopatía alcohólica ha disminuido un poco en Estados Unidos desde 1980. No obstante, la mortalidad a tres años entre las personas que se recuperan de hepatitis alcohólica aguda es 10 veces mayor que en un grupo testigo de edad similar; la tasa de mortalidad a cinco años es de hasta 85%. Desde el punto de vista histológico, la enfermedad que es grave se acompaña de tasas de mortalidad excesivas continuas después de tres años, en tanto que la tasa de mortalidad no aumenta después del mismo periodo en individuos cuya biopsia hepática solo muestra hepatitis alcohólica leve. Las complicaciones de la hipertensión portal (ascitis, várices sangrantes, síndrome hepatorrenal), coagulopatía e ictericia grave después de la recuperación de la hepatitis alcohólica aguda sugieren también mal pronóstico a largo plazo.
La consideración pronóstica más importante es la continuación del consumo de alcohol. En muchos países europeos, se utiliza el etil glucurónido en orina y se utiliza como marcador directo del consumo de alcohol. El riesgo de cirrosis alcohólica es mayor en mujeres que en varones, lo que se relaciona con la obesidad, tabaquismo, hepatitis C crónica y bajas concentraciones de vitamina D; el riesgo tiene relación inversamente proporcional con el consumo de café. La cirrosis alcohólica es un factor de riesgo para carcinoma hepatocelular; dicho riesgo es más alto en portadores de la mutación C282Y para hemocromatosis o con aumento de hierro hepático. Por lo general se necesita un periodo de abstinencia de seis meses antes de considerar el trasplante de hígado, aunque se ha puesto en duda este requisito y se ha realizado el trasplante hepático temprano en algunos pacientes con hepatitis alcohólica, con buenos resultados. Los individuos elegibles son los que cuentan con apoyo social adecuado, no fuman, no padecen de psicosis o trastornos de la personalidad, cumplen con los tratamientos y establecen citas regulares con un psiquiatra o psicólogo especializado en adicciones. Los pacientes con hepatopatía alcohólica tienen mayor riesgo de neoplasias malignas posteriores al trasplante que las personas con otros tipos de hepatopatía debido al consumo de alcohol y tabaco.