Se deben implementar cambios del estilo de vida para eliminar o modificar los factores nocivos. La pérdida de peso, la restricción de grasas en los alimentos y el ejercicio (por medio de la disminución de la obesidad abdominal) suelen mejorar los resultados de los estudios bioquímicos del hígado y la esteatosis en obesos con NAFLD. La dieta mediterránea puede reducir la grasa hepática sin pérdida de peso y a menudo se recomienda. Para mejorar dicho problema al parecer es necesaria la pérdida ponderal de 3% a 5%, pero a veces se necesita pérdida incluso de 10% para la mejoría de la necroinflamación y la fibrosis. Con el ejercicio se puede disminuir la grasa en el hígado con pérdida mínima de peso o sin ésta y sin disminución de las concentraciones de ALT. El entrenamiento de resistencia y los ejercicios aeróbicos tienen igual eficacia para disminuir el contenido de grasa del hígado en personas con NAFLD y diabetes mellitus tipo 2. Aunque se recomienda evitar el consumo de alcohol, el consumo de pequeñas cantidades de vino podría no ser nocivo. Se encuentran en estudio varios fármacos para el tratamiento de NASH. La vitamina E, 800 UI/día (para reducir la tensión oxidativa), parece ser beneficiosa en pacientes con NASH que no tienen diabetes mellitus. Existe controversia sobre si la vitamina E incrementa el riesgo de cáncer prostático en varones. Las tiazolidinedionas revierten la resistencia a la insulina y en los estudios de mayor importancia han mejorado las concentraciones séricas de aminotransferasas y el cuadro histológico de la esteatohepatitis, pero conducen a aumento de peso. La metformina, que disminuye la resistencia a la insulina, mejora los datos anormales de estudios de función hepática, pero no mejora de manera cierta el cuadro histológico del hígado. La pentoxifilina mejora las pruebas de función hepática, pero se acompaña de una tasa alta de efectos secundarios, en particular náusea. El consumo de 12 a 15 mg de ácido ursodesoxicólico/kg/día no siempre ha mejorado las pruebas bioquímicas e histológicas en personas con NASH, pero puede ser eficaz en combinación con la vitamina E. La esteatosis hepática causada por la nutrición parenteral total puede mejorar y tal vez se puede prevenir con la administración de complementos de colina. Se ha utilizado el ácido obeticólico, un análogo semisintético de los ácidos biliares, que ha sido aprobado para el tratamiento de la colangitis biliar primaria. Varios métodos de estudio incluyen: 1) el orlistat, un inhibidor de las lipasas gastrointestinales; 2) la leptina humana recombinante; 3) la liraglutida, un análogo de la proteína-1 similar a glucagón y sitagliptina, un inhibidor de la dipeptidil peptidasa-4, los cuales favorecen la secreción de insulina; 4) la canaglifozina, un inhibidor de la proteína transportadora de sodio-glucosa-2; 5) L-carnitina, que regula el recambio de ácidos grasos en las membranas fosfolipídicas; 6) los ácidos grasos omega-3, que alteran la expresión génica hepática para favorecer la oxidación de ácidos grasos sobre la lipogénesis; 7) el probucol, un fármaco hipolipemiante; 8) el elafibranor, un agonista del receptor activador del proliferado del peroxisoma alfa y delta; 9) losartán, un antagonista de angiotensina; 10) el aramcol, conjugado sintético de ácidos grasos/ácidos biliares; 11) el emricasano, un inhibidor selectivo de la caspasa; 12) el cenicriviroc, un antagonista dual del receptor de quimiocina C-C de tipos 2 y 5; 13) el selonsertib, un inhibidor de la cinasa 1 reguladora de la señal de apoptosis (ineficaz en un estudio); 14) el simtuzumab, un anticuerpo monoclonal contra la oxidasa de lisilo-2 (ineficaz en un estudio); 15) la pegbelfermina, un análogo del factor de crecimiento de los fibroblastos pegilado 21 y 16) tratamiento de agotamiento de hierro. Las estatinas no están contraindicadas en personas con NAFLD y pueden proteger contra la progresión histológica en algunos pacientes. Puede considerarse la cirugía bariátrica en pacientes con índice de masa corporal > 35 y ocasionar regresión histológica de NASH la mayor parte de los pacientes (pero empeora en unos cuantos). El trasplante hepático está indicado en pacientes elegibles con cirrosis avanzada causada por NASH, en la actualidad la tercera indicación más frecuente (y que aumenta con rapidez) para el trasplante hepático en Estados Unidos. El trasplante hepático por NASH con cirrosis avanzada puede asociarse a aumento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y septicemia en comparación con el trasplante hepático por otras indicaciones.