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ACTUALIZACIONES CLÍNICAS EN LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO
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Los criterios diagnósticos actualizados para lupus eritematoso sistémico de 2019 requieren títulos de ANA ≥ 80 en las células HEp-2, resaltando que nunca debe establecerse el diagnóstico de lupus eritematoso sistémico si los títulos de ANA son negativos.
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
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Ocurre sobre todo en mujeres jóvenes.
Exantema sobre zonas expuestas al sol.
Síntomas articulares en 90% de los pacientes.
Anemia, leucopenia, trombocitopenia.
La glomerulonefritis, la afectación del sistema nervioso central y las complicaciones por anticuerpos antifosfolipídicos son fuentes importantes de morbilidad por la enfermedad.
Datos serológicos: anticuerpos antinucleares (100%), anticuerpos bicatenarios contra DNA (casi 66%) y concentyraciones bajas de complemento sérico (en particular durante las crisis de la enfermedad).
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El SLE es un trastorno inflamatorio autoinmunitario que se caracteriza por la presencia de autoanticuerpos contra antígenos nucleares. Puede afectar a múltiples sistemas y órganos. Varias de las manifestaciones clínicas son secundarias al atrapamiento de complejos antígeno-anticuerpo en capilares de estructuras viscerales, o bien a la destrucción de células hospedadoras mediada por los autoanticuerpos (p. ej., trombocitopenia). La evolución clínica se distingue por remisiones y recaídas espontáneas. La gravedad puede variar desde un trastorno episódico leve hasta enfermedad rápidamente fulminante que pone en peligro la vida.
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En la prevalencia del SLE influye una multiplicidad de factores, entre otros, género, raza y herencia genética. Casi 85% de los pacientes afectados son mujeres. Las hormonas sexuales parecen tener alguna participación; la mayor parte de los casos se presenta después de la menarca y antes de la menopausia. En individuos de mayor edad, la distribución por sexo es más homogénea. La raza también es un factor, ya que el SLE se presenta en 1:1 000 de las mujeres caucásicas, en comparación con 1:250 de las de raza negra. La aparición familiar de SLE se ha demostrado de forma repetida y el trastorno es concordante en 25% a 70% de los gemelos idénticos. Si una madre tiene SLE, el riesgo de que sus hijas presenten la enfermedad es de 1:40 y el de sus hijos de 1:250. Se observa la adición de anomalías serológicas (anticuerpos antinucleares positivos) en miembros asintomáticos de la familia, en tanto que la prevalencia de otras enfermedades reumáticas aumenta en los parientes de las personas afectadas. La elevada frecuencia de ciertos haplotipos HLA, en especial DR2 y DR3, así como de alelos nulos de complemento, destaca la importancia de genes específicos en el SLE (eCuadro 20–1).
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