La estenosis tricuspídea puede ser progresiva, y finalmente causa insuficiencia cardiaca derecha grave. Al inicio, el tratamiento se dirige a reducir la congestión de líquidos, con los diuréticos como la base del tratamiento (véase Tratamiento de la insuficiencia cardiaca). Cuando existe edema intestinal considerable, puede haber cierta ventaja en la administración de torsemida o bumetanida sobre otros diuréticos de asa, como la furosemida, porque se absorben mejor en el intestino. Los inhibidores de la aldosterona son de particular utilidad si hay ingurgitación hepática o ascitis. La valvuloplastia percutánea o quirúrgica no son particularmente eficaces para el alivio de la estenosis tricuspídea, ya que es frecuente la insuficiencia tricuspídea residual. La sustitución de la válvula tricúspide es el tratamiento quirúrgico preferido. Rara vez se realiza la sustitución de la válvula tricúspide con una válvula mecánica porque el bajo flujo predispone a la trombosis y porque la válvula mecánica no puede atravesarse en caso de que surja la necesidad de un cateterismo cardiaco de las cavidades derechas o la implantación de marcapasos. Por tanto, casi siempre se prefiere la colocación de válvulas bioprotésicas. A menudo se realiza la sustitución de la válvula tricúspide en combinación con el reemplazo de la válvula mitral por estenosis o insuficiencia mitral reumática. La sustitución percutánea de válvula a través de catéter (válvula con endoprótesis) se ha utilizado en la estenosis degenerativa de válvula tricúspide protésica y el dispositivo para sustitución de válvula tricúspide por acceso percutáneo es motivo de investigación. Las indicaciones para sustitución valvular en estenosis tricuspídea grave son sencillas: