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ACTUALIZACIONES CLÍNICAS EN TRASTORNOS DE LA FRECUENCIA Y DEL RITMO

Puede identificarse una posible arritmia mediante sensores ópticos en dispositivos portátiles, como teléfonos inteligentes, lo que se acompaña de valores predictivos positivos para la detección de fibrilación auricular de casi 70%.

Las anomalías del ritmo cardiaco y la conducción pueden ser sintomáticas (síncope, casi síncope, mareo, fatiga o palpitaciones) o asintomáticas. Además, pueden ser letales (muerte cardiaca súbita) o peligrosas hasta grado tal que reduzcan el gasto cardiaco, de forma que se ve afectada la perfusión del encéfalo y el miocardio. La taquicardia supraventricular (SVT, supraventricular tachycardia) estable suele ser bien tolerada en pacientes sin cardiopatía subyacente, pero puede ocasionar isquemia miocárdica o insuficiencia cardiaca en pacientes con enfermedad coronaria, anomalías valvulares o disfunción miocárdica sistólica o diastólica. La taquicardia ventricular, si es prolongada, a menudo ocasiona compromiso hemodinámico y puede evolucionar a fibrilación ventricular si no se ofrece tratamiento.

Si las bajas frecuencias cardiacas producen síntomas en reposo o con el esfuerzo depende de si pueden mantenerse la perfusión cerebral y periférica, lo que suele estar en función de si el paciente se encuentra en posición erguida o en decúbito o si la función del ventrículo izquierdo es suficiente para conservar el volumen sistólico. Si la frecuencia cardiaca disminuye súbitamente, como con el inicio de un bloqueo cardiaco completo o paro sinusal, pueden sobrevenir síncope o convulsiones (o ambos). A menos que se encuentre una causa clara, reversible, la mayor parte de los pacientes sintomáticos requiere la colocación de un marcapasos permanente.

Las arritmias se detectan porque producen síntomas o porque se detectan durante un periodo de vigilancia. Las arritmias que causan muerte súbita, síncope o casi síncope requieren valoración y tratamiento adicionales a menos que estén relacionados con enfermedades reversibles o susceptibles de tratamiento inmediato (p. ej., anomalías electrolíticas o infarto miocárdico agudo). Por el contrario, existe controversia sobre cuándo y cómo valorar y tratar los trastornos del ritmo que no son sintomáticos pero que son un posible indicio de anomalías más graves (p. ej., taquicardia ventricular no sostenida). Esta falta de certeza refleja dos problemas: 1) la dificultad para estratificar de manera fiable a los pacientes en grupos de alto y bajo riesgo, y 2) la falta de tratamientos efectivos y seguros. Así, a menudo no es productiva la detección de pacientes por anomalías premonitorias.

El diagnóstico de taquiarritmias anormales a menudo puede realizarse con monitoreo cardiaco, lo que incluye la vigilancia electrocardiográfica hospitalaria y ambulatoria, grabadoras de eventos, telemetría cardiaca móvil continua o grabadoras implantables. Además, los sensores ópticos en dispositivos portátiles como relojes inteligentes utilizan un algoritmo de notificación pasiva de irregularidades del pulso a fin de identificar una posible arritmia, con un valor predictivo positivo para detección de fibrilación auricular cercano a 70%. Algunos dispositivos, como ciertos relojes de la marca Apple y equipo AliveCor pueden registrar electrocardiogramas reales de ritmo que se ...

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