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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO

  • Las hematurias macroscópica y microscópica deben ser objeto de valoración.

  • Deben obtenerse imágenes de las vías urinarias altas y es necesario practicar cistoscopia si existe hematuria en ausencia de infección.

GENERALIDADES

Las vías urinarias altas (riñones y uréteres) pueden identificarse en 10% de los casos en pacientes con hematuria macroscópica o microscópica. Entre las causas en vías altas, la litiasis constituye 40%, los trastornos médicos renales (espongiosis medular renal, glomerulonefritis, necrosis papilar) 20%, el carcinoma de células renales 10% y el carcinoma de células uroteliales del uréter o la pelvis renal 5%. La administración de fármacos y los trastornos médicos concomitantes aportan indicios diagnósticos. Debe identificarse el consumo de analgésicos (necrosis papilar), ciclofosfamida (cistitis química), antibióticos (nefritis intersticial), diabetes mellitus, rasgo drepanocítico o drepanocitosis (necrosis papilar), antecedente de litiasis o neoplasias malignas. Las fuentes urinarias inferiores de hematuria macroscópica (en ausencia de infección) más frecuentes son várices prostáticas o carcinoma urotelial de la vejiga. Las causas más frecuentes de hematuria microscópica en el varón son la hiperplasia prostática benigna (13%), cálculos renales (6%) y estrechamiento uretral (1.4%). La presencia de hematuria en pacientes que reciben tratamiento antiplaquetario o anticoagulantes no puede atribuirse a la anticoagulación; está indicada la valoración completa que consiste en imágenes de las vías superiores, cistoscopia y citología urinaria (véase el cap. 39 para aspectos relacionados con cáncer vesical, cánceres ureterales y pelvis renal, carcinoma de células renales y otros tumores primarios del riñón).

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

A. Signos y síntomas

Ante hematuria macroscópica, la descripción del momento en que aparece (inicial, terminal, total) puede proporcionar datos sobre la localización de la enfermedad. Deben investigarse síntomas relacionados (p. ej., cólico renal, síntomas de irritación durante la micción o síntomas generales). La exploración física debe enfocarse en los signos de enfermedad sistémica (fiebre, exantema, linfadenopatía, masas pélvicas o abdominales), así como en los signos de enfermedad renal (hipertensión, sobrecarga de volumen). La valoración urológica puede demostrar crecimiento prostático, una masa en el flanco o alteraciones uretrales.

B. Datos de laboratorio

Los estudios de laboratorio iniciales incluyen estudio general y urocultivos. La microhematuria se define como la presencia de tres o más eritrocitos por campo de alto poder en un estudio microscópico de la orina. Una lectura con tira reactiva positiva para hem exige un estudio microscópico para confirmar o descartar el diagnóstico de hematuria, pero no es suficiente por sí sola para solicitar un estudio. Si el análisis urinario y el cultivo sugieren una infección urinaria, es importante el análisis urinario de seguimiento después del tratamiento de la infección para confirmar la resolución de la hematuria. Debe realizarse un cálculo de la función renal, ya que la insuficiencia renal puede influir en los métodos para la valoración y tratamiento adicionales (p. ej., capacidad de obtener imágenes con contraste) ...

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